jueves, 2 de octubre de 2014

LO QUE HACE EXITOSO A UN MAESTRO

Esta semana he tenido sentimientos encontrados acerca del trabajo docente. Recibí una nota de la profesora de mi hijo en la que hacía ver que su comportamiento en una clase no ha sido el que ella ha esperado, pues se distrae mirando por la ventana o haciendo otras cosas que la incomodan y entorpecen el ritmo normal de la clase.

Traigo a colación esta experiencia tan común a tantos padres de familia, que trascendió del salón de clase y llegó al seno de nuestro hogar, con el objeto de plantear un asunto crucial en el proceso de hacerse maestro. Los docentes dictan clase, los maestros desarrollan personas.

Hemos hablado en otras ocasiones de la natural resistencia de la gente al cambio, en esencia, porque el cambio incomoda, me saca de la zona de confort; y yo no estoy dispuesto a salir de esa zona a cambio de nada. Éste es el típico esquema del modelo económico capitalista, cuyo lema podría sintetizarse en "la gente se mueve por el dinero". Bajo esta premisa, John Maxwell nos dice que, si a la gente se le da a escoger entre algo sencillo y fácil que han hecho antes y la oportunidad de hacer algo diferente y nuevo, la mayoría optaría por seguir la ruta segura y sencilla.

En el ámbito escolar esto significa que como líder de una institución educativa, no puedo permitir a mi gente que se vuelva complaciente. La mejor manera de evitar que esto suceda consiste en contar con un amplio portafolio de experiencias educativas que enriquezcan increíblemente el desarrollo de los niños y los jóvenes. Y entonces, me acordé de un equipo de facilitadores que se encuentran desarrollando campamentos en inglés con los chicos del colegio; me sorprendió gratamente ver que junto al cronograma de actividades que tenían planeadas, tenían un amplio listado de actividades complementarias disponibles, en caso de ser necesarias. Era obvio que no necesité preguntarles para qué, pues el hecho de tener muchos "aces" bajo la manga, les garantizaba mantener centrado el interés de los chicos en la propuesta educativa de valor, que habían planeado para ellos. Contar con estas opciones les facilita el trabajo, los mantiene creciendo, ampliándose y aprendiendo. De acuerdo con Maxwell, mientras más extensa sea la base de experiencia, mejor se comportarán ante los nuevos cambios y ante la solución de problemas y situaciones difíciles.

Un "maestro", un líder, debe cambiar parte de sus principales deberes y responsabilidades al menos cada tres años, así se verán obligados a adquirir nuevas habilidades y experimentar nuevos retos, realzando la creatividad de todos. No hacerlo significaría entrar en una espiral descendente que conduce a los "docentes" a ver amenazas por doquier = amenazas que hay que contener.

Debemos recordar que nuestra misión va más allá de lograr que las cosas se hagan bien, porque como maestros somos constructores de líderes, y para eso se necesita tiempo y esfuerzo extras. "Cuando Dios quiere hacer un roble, le toma cien años. Cuando quiere hacer una calabaza le lleva sólo dos meses" (James Garfield, ex-rector de la Universidad de Hiram, Chicago). Si eres maestro le darás a tus chicos profundas y amplias raíces haciéndolos crecer lentamente y variando sus experiencias. Si eres docente llenarás rápidamente el observador del alumno, y la semilla se verá malograda.

Como siempre. Tú eliges. Y espero que elijas bien ofreciendo a tus estudiantes experiencias variadas.

Si llegase el día en que tus pupilos te leen,

Si llegase el día en que tus pupilos saben lo que vas a hacer, e incluso lo que vas a decir.

Entonces sabrás que eres un docente, dictador de clase, y que estás lejos de ser un maestro, capaz de sorprenderte y de sorprender a tus discípulos.

El cambio es tu oportunidad de transformación.
Recíbelo con alborozo.
Llena tu mochila de buenas experiencias.
Observa a tus chicos y capta sus intereses.
Y ofréceles lo mejor de ti en cada encuentro.
Si así lo haces te convertirás en maestro.
Y experimentarás el cielo en la tierra.




No hay comentarios:

Publicar un comentario