Hoy no vengo a hablarles del pasado, porque sobre él no podemos influir; en cambio sí les quiero
proponer que miremos hacia adelante para no quedar atrapados en el presente, en
el día a día, abordando los innumerables problemas que se nos presentan
cotidianamente de manera coyuntural porque no tenemos tiempo para más.
Los
triunfadores de hoy, personas y empresas, son todos aquellos que se han atrevido
a pensar en el futuro. Lo que explica nuestro futuro será fruto de las
decisiones que tomemos en el presente; y el éxito dependerá del análisis que
hagamos de los futuros posibles. No existe un solo futuro, sino muchos y tendremos
que tomar el más conveniente para construirlo y avanzar juntos en la búsqueda
de alternativas más eficientes, decía mi maestro de Prospectiva Francisco Mojica.
La tarea más
importante que tenemos entre manos es contribuir a fortalecer nuestra visión de
futuro y empezar a hacerlo realidad: iluminando el presente con la luz del futuro que
deseamos vivir, orientando nuestras acciones a la solución de problemáticas
comunes, utilizando el conocimiento como herramienta principal; y así seguir
incorporando nuevas acciones educativas que respondan a los desafíos de los
tiempos modernos. "El futuro es el presente... un poco más tarde". (James Dator).
Hoy tenemos la oportunidad de repensarnos y de preguntarnos,
¿cómo queremos que el mundo cambie?, ¿con nosotros, sin nosotros o contra
nosotros? El futuro es algo muy nuestro, no nos lo dejemos arrebatar. Tener el
dominio del cambio es ante todo una cuestión de voluntad y de capacidad para
llevar a otros hacia un proyecto común. (Michel Godet).
Al mirar
nuestro pasado nos damos cuenta que los hechos de la historia no eran
inevitables, y hubieran podido ocurrir de otra manera; lo que significa que
tenemos la libertad de escoger ante cualquier situación cómo podemos actuar.
Según elijamos podrá ocurrir lo mejor al igual que lo peor. Esto es lo más
maravilloso. Tú eliges entre convertirte en persona libre, civilizada y educada o regresar a la barbarie.
Vivimos en
tiempos de incertidumbre permanente, no tenemos certeza de qué sucederá.
Nuestros sueños están ligados a la incertidumbre, le apostamos a lo que todavía
no es, y así nos arriesgamos a vivir la vida. El futuro que
les invito a vivir quiero que sea un mensaje de esperanza para todos los que queremos
tomar el destino en nuestras manos. Tenemos el derecho a imaginar un porvenir
diferente para comenzar a cambiar el presente, porque el sueño hace fecunda la
realidad.
No estamos
aquí para imaginar un país mejor, sino para contribuir a mejorar nuestro país,
explorando lo que puede suceder y lo que nosotros podemos hacer, por medio de
un proceso que tiene en cuenta la dimensión del largo plazo. El pasado es el reino
de los hechos cumplidos en donde ya nada podemos cambiar. (Hugues de Jouvenel).
El camino que hemos recorrido es objeto de conocimiento que debemos evocar con mucha
objetividad, pero son hechos implacables que no podemos modificar. Sin embargo,
el futuro, todavía no existe, nadie lo ha predeterminado, y no podemos
conocerlo anticipadamente.
Nuestro futuro
será lo que queramos que sea porque somos libres para decidirlo. Lo que va a suceder mañana dará lugar a muchos futuros posibles, que a ejemplo de las semillas podrán germinar de acuerdo con nuestras decisiones y acciones sobre las situaciones del presente.
El hecho de que no conozcamos el futuro puede ser
fuente de angustia, pero también factor de esperanza. Esto significa que no
estamos condenados a un futuro ineludible, sino que disponemos de cierto poder
para construirlo. Frente al futuro que es mañana, sólo tenemos dos opciones: o
permitimos que el futuro nos sorprenda o hacemos del futuro nuestro faro. (Francisco Mojica).Quiero más lo segundo que lo primero, para que podamos decir con el poeta Pierre de Ronsard: "el futuro pertenece a aquel que lo merece".
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