jueves, 30 de octubre de 2014

EL FUTURO ES EL PRESENTE... UN POCO MÁS TARDE

Hoy no vengo a hablarles del pasado, porque sobre él no podemos influir; en cambio sí les quiero proponer que miremos hacia adelante para no quedar atrapados en el presente, en el día a día, abordando los innumerables problemas que se nos presentan cotidianamente de manera coyuntural porque no tenemos tiempo para más. 

Los triunfadores de hoy, personas y empresas, son todos aquellos que se han atrevido a pensar en el futuro. Lo que explica nuestro futuro será fruto de las decisiones que tomemos en el presente; y el éxito dependerá del análisis que hagamos de los futuros posibles. No existe un solo futuro, sino muchos y tendremos que tomar el más conveniente para construirlo y avanzar juntos en la búsqueda de alternativas más eficientes, decía mi maestro de Prospectiva Francisco Mojica.

La tarea más importante que tenemos entre manos es contribuir a fortalecer nuestra visión de futuro y empezar a hacerlo realidad: iluminando el presente con la luz del futuro que deseamos vivir, orientando nuestras acciones a la solución de problemáticas comunes, utilizando el conocimiento como herramienta principal; y así seguir incorporando nuevas acciones educativas que respondan a los desafíos de los tiempos modernos. "El futuro es el presente... un poco más tarde". (James Dator).

Hoy tenemos la oportunidad de repensarnos y de preguntarnos, ¿cómo queremos que el mundo cambie?, ¿con nosotros, sin nosotros o contra nosotros? El futuro es algo muy nuestro, no nos lo dejemos arrebatar. Tener el dominio del cambio es ante todo una cuestión de voluntad y de capacidad para llevar a otros hacia un proyecto común. (Michel Godet).

Al mirar nuestro pasado nos damos cuenta que los hechos de la historia no eran inevitables, y hubieran podido ocurrir de otra manera; lo que significa que tenemos la libertad de escoger ante cualquier situación cómo podemos actuar. Según elijamos podrá ocurrir lo mejor al igual que lo peor. Esto es lo más maravilloso. Tú eliges entre convertirte en persona libre, civilizada y educada o regresar a la barbarie.

Vivimos en tiempos de incertidumbre permanente, no tenemos certeza de qué sucederá. Nuestros sueños están ligados a la incertidumbre, le apostamos a lo que todavía no es, y así nos arriesgamos a vivir la vida. El futuro que les invito a vivir quiero que sea un mensaje de esperanza para todos los que queremos tomar el destino en nuestras manos. Tenemos el derecho a imaginar un porvenir diferente para comenzar a cambiar el presente, porque el sueño hace fecunda la realidad.

No estamos aquí para imaginar un país mejor, sino para contribuir a mejorar nuestro país, explorando lo que puede suceder y lo que nosotros podemos hacer, por medio de un proceso que tiene en cuenta la dimensión del largo plazo. El pasado es el reino de los hechos cumplidos en donde ya nada podemos cambiar. (Hugues de Jouvenel).

El camino que hemos recorrido es objeto de conocimiento que debemos evocar con mucha objetividad, pero son hechos implacables que no podemos modificar. Sin embargo, el futuro, todavía no existe, nadie lo ha predeterminado, y no podemos conocerlo anticipadamente.

Nuestro futuro será lo que queramos que sea porque somos libres para decidirlo. Lo que va a suceder mañana dará lugar a muchos futuros posibles, que a ejemplo de las semillas podrán germinar de acuerdo con nuestras decisiones y acciones sobre las situaciones del presente.

El hecho de que no conozcamos el futuro puede ser fuente de angustia, pero también factor de esperanza. Esto significa que no estamos condenados a un futuro ineludible, sino que disponemos de cierto poder para construirlo. Frente al futuro que es mañana, sólo tenemos dos opciones: o permitimos que el futuro nos sorprenda o hacemos del futuro nuestro faro. (Francisco Mojica).

Quiero más lo segundo que lo primero, para que podamos decir con el poeta Pierre de Ronsard: "el futuro pertenece a aquel que lo merece".

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