a menos que tú
lo autorices.
Mis pensamientos
provocan sentimientos
y mis
sentimientos provocan acciones.
¿De quién
depende qué pienso?
¿De quién
depende qué siento?
Es difícil
cambiar lo que siento, pero
sí es fácil
cambiar mis acciones.
La decisión como siempre,
está en tus manos.
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