Lo primero que
tenemos que construir es el yo.
Cuando el hombre
se encuentra consigo mismo encuentra su yo.
El conflicto nace del
desconocimiento del hombre de sus principios, de sus valores.
Mientras no sepamos de dónde
venimos, vamos a continuar en el conflicto, primero con nosotros, luego se
extiende a nuestra familia, al entorno inmediato y al país.
Mi vida no es un teatro es
verdad a puño.
El enemigo no existe, lo
creó el negativo mío.
Cuando no tengo el don de la
charla, de la conversación,
comienza la guerra.
El conflicto armado surge
por intereses económicos.
No hemos sido creativos para
solucionar el problema,
dejamos que el vecino
solucione el problema.
Todos los pueblos del mundo
profesamos la ley de origen,
ésta juega un papel
importante, y nos hizo pueblos espiritualistas.
La tolerancia se consigue,
sentados entre iguales,
porque es ahí en dónde se
construyen los intereses de todos.
Sube a la montaña, porque
ella es el centro de reencuentro contigo mismo.
Las clases sociales no
existen, somos un solo corazón y una sola energía.
Las manos se hicieron para
construir.
Tú no puedes decir que no
tienes capacidades de tolerancia
y de reencuentro con los otros
seres humanos.
La solución del conflicto
está en ti, porque tú puedes hablar.
Y el conflicto está, porque
no lo hemos dejado hablar.
La solución está dentro de ti, reforesta tu corazón.
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