miércoles, 8 de octubre de 2014

EL CONFLICTO Y YO

Todos miramos hacia afuera, porque al individuo no lo han dejado pensar.
Lo primero que tenemos que construir es el yo.
Cuando el hombre se encuentra consigo mismo encuentra su yo.
El conflicto nace del desconocimiento del hombre de sus principios, de sus valores.
Mientras no sepamos de dónde venimos, vamos a continuar en el conflicto, primero con nosotros, luego se extiende a nuestra familia, al entorno inmediato y al país.
Mi vida no es un teatro es verdad a puño.
El enemigo no existe, lo creó el negativo mío.
Cuando no tengo el don de la charla, de la conversación,
comienza la guerra.
El conflicto armado surge por intereses económicos.
No hemos sido creativos para solucionar el problema,
dejamos que el vecino solucione el problema.
Todos los pueblos del mundo profesamos la ley de origen,
ésta juega un papel importante, y nos hizo pueblos espiritualistas.
La tolerancia se consigue, sentados entre iguales,
porque es ahí en dónde se construyen los intereses de todos.
El oro no es físico, el oro es el que tiene el hombre en sus virtudes, en sus valores.
Tú eres energía creadora y tienes leyes universales que cumplir.
Sube a la montaña, porque ella es el centro de reencuentro contigo mismo.
Las clases sociales no existen, somos un solo corazón y una sola energía.
Las manos se hicieron para construir.
Tú no puedes decir que no tienes capacidades de tolerancia
y de reencuentro con los otros seres humanos.
La solución del conflicto está en ti, porque tú puedes hablar.
Y el conflicto está, porque no lo hemos dejado hablar.
La solución está dentro de ti, reforesta tu corazón.

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