jueves, 31 de mayo de 2012

viernes, 11 de mayo de 2012

LA VIDA QUE NOS MERECEMOS

LOS QUE HEMOS DESCUBIERTO
EL AMOR INCONDICIONAL DEL SEÑOR,
SABEMOS QUE

ESTAMOS LLAMADOS A ACTUAR DISTINTO.

domingo, 6 de mayo de 2012

HIJOS TRIUNFADORES

Luis Baba Nakao (Marzo de 2007)

Hace unos siglos Heráclito, famoso pensador griego, dijo: 
"Lo único permanente es que vivimos en un mundo de cambios"

Se nos ha dicho que debemos preparar a nuestros hijos para el mundo del futuro, no para el mundo de nuestros padres ni para el nuestro. El día a día también nos ha mostrado que en el mundo actual 
lo determinante para triunfar será el carácter, no exactamente el conocimiento, como muchos pudiéramos creer. Cualidades tales como: tener temple, salir de fracasos adecuadamente, hacer de los fracasos un desafío y no una tragedia..., será lo que buscarán los seleccionadores de personal. Y si eres un trabajador independiente, entonces estas cualidades serán para tí un auto-requisito. Ese es el mundo real.

¿Qué tendrás que hacer de cara a tu hijo para desarrollar el carácter y las cualidades necesarias?

Un hijo forjará carácter si PERCIBE CLARAMENTE LA AUTORIDAD DE LOS PADRES. Con presencia de autoridad los niños y jóvenes a su vez actuarán con autoridad para resolver sus problemas; actuarán por determinaciones. Sin presencia de autoridad nuestros hijos serán débiles de carácter y actuarán por impulsos con los consecuentes problemas de adaptación.

¿Exceso de autoridad? Siempre será mejor exceso que falta de autoridad. El límite de autoridad lo pone la siguiente regla: 
"La autoridad no debe humillar". Básicamente lo que es el niño o el joven hoy será el adulto del mañana. De vez en cuando hay que mirar al hijo como un adulto potencial.

¿Queremos que nuestros hijos no sufran? Entonces hay que PREPARARLOS PARA SUFRIR. No podemos estarle evitando todo el tiempo, todo posible sufrimiento, si no, ¿cuándo aprenderá? Debe comprender la muerte, los problemas de la vida, los problemas en el trato de sus congéneres. No debemos resolverles todos los problemas, hay que ayudarlos a que poco a poco los resuelvan ellos mismos. Nadie logra metas exitosas y duraderas sin un poco de sufrimiento. ¿Alguien imagina a un campeón de atletismo que no sufra para lograr sus marcas? Eso se aplica a todo tipo de campeón y a todo tipo de actividad. Siempre hay que pensar que, en parte, no queremos que ellos sufran para no sufrir nosotros, pero les hacemos un daño con miras al futuro.
 
Hay que ENSEÑARLES A HACER ESFUERZOS SUPLEMENTARIOS.  Que sepan que siempre se puede un poquito más. Recuerda que nadie recoge su cosecha sin sembrar muchas semillas y abonar mucha tierra.
 
Es muy importante ENSEÑARLES A CARECER es decir a "sentir la falta de" y arreglárselas por sí mismos. Hay chicos que no juegan su deporte si no tienen zapatillas de "marca". Si no aprendes a carecer, no aprendes a arreglártelas. Aunque tengamos para darles el 100%, los chicos deben saber el valor de las cosas. Si no lo hacen de chicos, les será muy difícil de adultos y allí sí que van a sufrir y nosotros también con ellos.  ¿Cómo les enseñamos a carecer? ¡Dándoles un poquito menos de lo que necesitan! ¡No hay otra manera! Si no, ¿cómo sienten la falta de?, así aprenden a apreciar lo que tienen. Aprenden a no ser ingratos. Aprenden a gozar de la vida porque muchas veces se goza en las cosas sencillas. Aprenden a no ser quejosos.

Una excelente escuela para aprender a carecer (sin morir en el intento) es la mesa del hogar, la comida. ¿Qué debemos darles de comer? ¡Lo que nosotros decidamos que es bueno para ellos! Es no sólo por su bien  estomacal, sino que es una excelente forma de que aprendan a carecer, que no sean ingratos, que no sean quejosos. "Mami.... no me gustan las lentejas". Si quieren hacerles un bien para la vida, denles las lentejas. Habrá berrinches, no se exalten (autoridad no es gritar), que no coma si no quiere, pero cuando le vuelva el hambre: ¡SORPRESA! ... ¡Las lentejas del refrigerador calentadas!

Parece increíble, pero si no hacemos este tipo de cosas no se podrá adaptar. La comida es una buena escuela del carecer, pues así no serán quisquillosos en sus relaciones sociales, en el trabajo y en el mundo real.

También hay que EDUCARLOS EN EL SERVICIO. Una familia normal es un equipo de trabajo con pocas tareas: tender la cama, limpiar los cuartos, lavar los platos, pintar la casa, etc. Hay que educarlos para que realicen labores de hogar, aunque lo hagan mal al principio. Si no hacen este tipo de servicios luego tendrán problemas. Las escuelas más importantes de liderazgo del mundo enseñan a los jóvenes a carecer, para que sepan y entiendan el mundo y lo puedan liderar.

¿Mesadas? Que sean una cantidad fija, más bien, semanales y algo menos de lo que creen que necesitan. Así aprenden a administrar el dinero. Claro que se deben aceptar excepciones, pero conversadas serenamente. 
Construyamos hijos luchadores, no debiluchos sobreprotegidos. Que se superen a sí mismos. Que tomen los problemas como desafíos para mejorar. Recuerden que nadie alcanza altura con un solo vuelo. También hay que ILUSIONARLOS CON IDEALES, metas futuras, sueños para que sean buenos de corazón. Importante también es estar convencidos de que triunfador no equivale a tener "dinero o propiedades", triunfadores son aquellos que son felices con lo que hacen, con su vida. Solamente así podrán hacer felices a otros.

Los hijos con carácter templado, conocimiento del carecer, educados en el servicio y plenos de amor e ilusiones serán hijos triunfadores
.


Los padres tenemos la gran responsabilidad de criar hijos que transformen nuestro país, en uno donde reine la libertad, la abundancia, la justicia y sobre todo la felicidad.


"El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas."
                                                                                                                                   William George Ward.


viernes, 4 de mayo de 2012

ESTRATEGIAS PARA QUE LOS PADRES DE FAMILIA SE COMUNIQUEN CON SUS HIJOS

Para que los padres puedan intentar estrategias para comunicarse con sus hijos, es necesario primero que ellos mismos mejoren sus habilidades para comunicarse.

Muchas veces los padres manifiestan: “Mis hijos jamás me cuentan lo que hacen”.

Por otro lado una queja muy común entre los niños (as) y adolescentes es: “Mis papas no me comprenden”.

Ambos grupos generacionales se sienten dolidos, resentidos, dejados de lado. Sin embargo, ni los más jóvenes, ni los adultos suelen preguntarse qué es lo que podrían hacer para establecer una verdadera comunicación asertiva entre ellos. Pero los padres dicen que sí se comunican con sus hijos, y para ellos “comunicarse” consiste en llamarles la atención, ordenar, pedir, criticar, amenazar, ridiculizar...

Ejemplo:
                        “Tráeme la escoba”
                        “anda a la bodega y compra azúcar”

“¡Hay Juan! Lloras como una niña... cállate ya, ¿qué van a decir los vecinos?
Más bien conversar con el niño sobre cómo se siente el niño, cómo le fue en la escuela, o para contarle sobre algún suceso, para escucharlo. Ejemplo:
“Tienes cara de triste Juan ¿ha pasado algo que quieras contarme?”
“¿Qué hicieron en la escuela hoy día?...dibujaron, expusieron, ¿qué más?

Los padres no deben solamente indicar lo que el niño “tiene que hacer” en un momento determinado, sino establecer oportunidades para dialogar con sus hijos y comunicarles verbal o no verbalmente que los aman y los valoran.

Algunos padres dirán que sus hijos no hablan, que no saben expresarse, que no les entienden cuando hablan o piden algo.

Para que los padres puedan desarrollar las habilidades comunicativas de sus hijos, deben prestar atención a las posibilidades de comunicación que tienen sus hijos, pueden recurrir a estrategias para mejorar las habilidades comunicativas mientras juegan juntos, preparan los alimentos, ayudan a limpiar, durante la hora de la comida, a la hora de bañarse o de acostarse.

Durante las actividades de la vida cotidiana se dan muchas oportunidades para interactuar con los hijos, y vale la pena el esfuerzo porque de ello depende el desarrollo emocional e intelectual de sus hijos.

Los hijos podrán expresar sus sentimientos si saben que van a ser escuchados y no van a ser puestos en ridículo. Para ello deben sentir que son amados y apreciados. Por eso hay que evitar expresiones que bajan la autoestima como: “tú eres el que siempre causa problemas”, “nunca vas a dejar de fastidiar”.
Algunas estrategias en el trabajo con padres de familia.

1. Escuchar reflexivamente

Para que el niño sienta que es comprendido y a la vez para ayudarlo a reflexionar sobre algún problema que tenga.

Ejemplo:
Hijo: “ ¡Pedro siempre me pega!, no quiero verlo más”.
Papá: “Estás muy molesto con Pedro y ya no quieres jugar con él”.
De esta manera se acepta los sentimientos del niño sin emitir juicios de valor.
Cuando el niño expresa sus sentimientos el padre debe:
Pensar ¿qué es lo que siente el niño?
Buscar una palabra que exprese esa emoción;  y.
Poner la palabra en una frase.
En el ejemplo anterior el proceso sería así:
¿Qué es lo que siente mi hijo?
¿Está muy fastidiado, muy molesto?
“Estás muy molesto con Pedro y ya no quieres jugar con él”

A veces los hijos no expresan con palabras sus sentimientos, entonces los padres deben tratar de interpretar sus gestos y actitudes.

Ejemplo:
Madre: “esa sonrisa tan grande me dice qué estás muy contenta”
Para algunos padres será difícil en un principio recurrir a este tipo de estrategia, pero luego se convierte en algo natural o familiar, y llegará a comprender que el fin es el niño se sienta respetado y que las relaciones mejoren entre ellos.

2.    Los “Mensaje – YO”

Si los padres utilizan el castigo con ira para relacionarse con su hijo, lo que lograrán será reforzar el deseo de poder o de revancha del hijo. El niño se da cuenta qué es lo que le molesta a los padres y sabe cómo llamar la atención. Además, la posibilidad de comunicarse se pierde y el hijo se pone a la defensiva.

“La conducta imprudente o torpe de los padres, puede hacer de un niño un obstinado, un irresoluto, un celoso violento, un desobediente, un vengativo, un indiferente” Aguayo (1945, p. 19)

3.    Explorar alternativas para resolver problemas

“El castigo no es un solo un problema de maltrato físico, sino que es una forma autoritaria de relación y comunicación con el niño y sienta las bases para actitudes y comportamientos futuros, como son la falta de identidad con el país, la desesperanza de los jóvenes, la falta de autoestima y la violencia” Guerrero (1991)

Pasos para resolver problemas.

-Tratar de entender cómo se siente el niño o cómo ve las cosas a través de la escucha reflexiva.
-Pensar posibles soluciones a través de la lluvia de ideas.
-Ayudar al hijo a elegir entre las alternativas de solución y conversar con él sobre los resultados posibles.
-Obtener un compromiso de parte del hijo y de los padres (hacer un plan), ¿qué es lo que se va a hacer? ¿cuándo lo hará? Etc.
-Decidir cuándo se va a evaluar, cuánto tiempo se conversará sobre el resultado de la solución propuesta.
Para solucionar problemas no se trata solamente de que el hijo cambie, también los padres deben plantearse si ellos están fallando, y qué necesitan cambiar.
“Una mirada de aprobación, una palabra de aliento o de encomio serán en sus corazones como rayos del sol que muchas veces harán feliz el día” White, G. (1964, p.169).

4.    Establecer diálogos

Es conveniente hablar al niño a un nivel ligeramente más avanzado de un tema de su interés, para incrementar su vocabulario y sus estructuras gramaticales

Los padres de familia pueden hablarles a sus hijos sobre lo que están haciendo o sobre lo que el niño hace. En algunos casos, los padres ampliarán la frase del niño y/o harán un comentario.

Ejemplo: si el niño dice “perro grande” el padre puede ampliar diciendo “Sí, tienes un perro grande y bravo” o hacer un comentario al respecto “te gusta mucho jugar con tu perro grande”.

Para fomentar la expresión del niño, los padres deben prestarle atención y tener paciencia. Por otro lado si se reducen las órdenes se le da posibilidad al niño de hablar.

Cuando los niños hablen hay que escucharlos sin interrumpirlos y en lo posible comentar sobre lo que dicen.

Autora: Paula Choquehuanca
Universidad Peruana Unión. El artículo se encuentra en: http://www.tagnet.org/autores/monografías/mono.htm