Son muy pocas
las cosas que tengo claras en la vida, máxime en un mundo como el actual en el
que la relatividad de todo es lo común, y se lo debemos al conocimiento.
Gracias a éste se han ido quitando muchos velos que mostraron a las
generaciones que nos precedieron, la realidad de manera diferente; y por tanto,
la humanidad a lo largo de la historia ha tenido que crear muchos y diversos
modelos para entender la realidad; todavía lo seguimos haciendo, y cada vez con
mayor rapidez. Lo maravilloso de este proceso de ir develando la realidad, nos
muestra entonces que aunque vivamos en el mismo planeta que nuestros
antepasados siempre estaremos disfrutando de su novedad, porque las cosas no
son como parecen.
De acuerdo con
esta dinámica cambiante de la naturaleza humana, nosotros hemos sido llamados a
este mundo para realizar una única tarea "Ser Buscadores de Sentido".
Ya nos lo dijo magistralmente en su libro "El Hombre en Busca de Sentido" Victor Frankl; así como el médico, filósofo, teólogo, músico y nobel alemán Albert Schweitzer, quien lo
ganó por poner en práctica en su propia vida la Reverencia por la Vida; esa fue
su mayor y más simple contribución a la humanidad acentuando siempre la
necesidad de pensar, más que en la simple actuación de seguir los propios
impulsos o las opiniones más extendidas. De
acuerdo con Schweitzer, la humanidad significa consideración por la existencia
y por la felicidad de cada uno de los seres humanos; y respetar la vida, como
resultado de la contemplación de mi propia vida, me conduce a vivir al servicio
de la gente y de cada criatura viva. Schweitzer fue muy respetado por vivir
conforme a estos principios. Sin embargo, hoy no quiero hablarte de él,
sino del conocimiento y la búsqueda de sentido.
El
pasado viernes tuvimos en el colegio una jornada pedagógica muy enriquecedora
en la que estuvimos hablando de "la responsabilidad legal en el ejercicio
docente", orientada por la abogada Ángela Vesga. Después de un amplio
recorrido por la normatividad y la jurisprudencia colombiana en materia de
educación y el rol a ser desempeñado por cada maestro en su labor educativa,
quiero compartirles mi reflexión. El cambio como constante universal nos llama
a evolucionar permanentemente, en nuestros conceptos, imaginarios, sentimientos
y relaciones; esto sólo lo podremos lograr gracias al conocimiento.
Sin embargo, el "amor por el conocimiento" no es suficiente, necesitamos "ser buscadores de sentido" para transformar nuestra vida; sólo así se sentirá el efecto transformador, y los niños y jóvenes, que ustedes aman para poderlos educar, lo percibirán.
Los
maestros de este Colegio tienen esa misión: "amar el conocimiento" y
"ser buscadores de sentido", todo lo demás viene por añadidura. Y ¿cómo
hace uno para "amar el conocimiento"? No es tan difícil, hay que comenzar observando la realidad para
intentar explicarla de acuerdo con un modelo, y seguir apasionándose en este
proceso de comprender el por qué, de cada fenómeno. Y
¿cómo hace uno para "ser buscador de sentido"? La historia de los
seres humanos que han trascendido más allá de sus fronteras, nos muestran el
camino que inicia con la contemplación de quién soy y mis preguntas
fundamentales, y nos conduce a vivir al servicio de la gente, y a nosotros
maestros a vivir al servicio de la educación de los niños y los jóvenes. Quien
así vive dejará una huella imperecedera. Así vivió el Maestro. ¿Quieres tú
aceptar ser maestro? Si tu respuesta es afirmativa, entonces ve siempre al
encuentro de tu discípulo. Te aseguro que no te arrepentirás.
Tú has sido llamado a salir de ti, para ir al encuentro del otro.
Qué maravillosa vocación.
Disfrútala mientras puedas.
Tú has sido llamado a salir de ti, para ir al encuentro del otro.
Qué maravillosa vocación.
Disfrútala mientras puedas.
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