Todo se dice tan fácilmente.
Pero no ha sido fácil.
Las cosas fáciles no valen, ni
valen la pena.
A mí me has deparado un camino
difícil.
Ser maestra. Pero hoy después de
varios años de recorrerlo,
no lo cambiaría por otro.
Pienso que has sido buen Guía,
el mejor de los guías.
Me has llevado por cumbres
difíciles y me has abierto la puerta.
Te pido una recompensa por mi
dedicación a los niños.
La recompensa que te pido es
ésta:
Que yo florezca allí donde me
has sembrado.
Para florecer allí donde me has
sembrado,
y a donde ahora me vas a llevar,
necesito que siempre estés
conmigo.
No me harás fácil el camino ni
te lo estoy pidiendo.
Pero contigo a través de
neblinas y de abismos marcharé segura.
Estoy en camino, la nave está
lista.
Mi nombre está escrito en sus
alas.
No se trata de un viaje.
ES EL VIAJE.
Las turbinas atruenan.
HA LLEGADO MI HORA.
Concede, Señor, a mis sueños
la realidad de la vida,
y a mi vida
la belleza de los sueños.
(Adaptado
de Cartas del Camino de Andrés Hurtado García)
En recuerdo de Adriana Martínez, maestra de
preescolar del Colegio 2011-2014.
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