Lo más indicado es
que te consigas un cuaderno y lo lleves a todas partes, para que puedas
escribir periódicamente en él, registrando tus preguntas, observaciones,
percepciones, sueños y divagaciones. No hay que preocuparse por el orden o la
lógica, se trata de anotar todo lo que se te ocurra. La pregunta es ¿qué
escribir para sacar mejor provecho?
Michael Gelb
sugiere las siguientes estrategias:
2. Escoge un tema que te guste, y formula al menos diez preguntas al respecto. Luego toma un tema de tu vida personal o profesional y haz el mismo ejercicio. No respondas ninguna
pregunta, sólo escríbelas. Posteriormente, escribe tus pensamientos a lo largo
del día, o tenlos en tu mente para escribirlos después. Trata siempre de
hacer observaciones exactas y simples.
4. Complementa el
ejercicio de contemplación retomando la pregunta y escribiendo sus respuestas,
sin detenerte, a manera de un flujo de ideas continuo. Descansa un
poco, lee lo escrito y resalta aquello que sea de mayor significado para ti.
Esta es una herramienta excelente para solucionar problemas personales y
profesionales.
Si afinamos nuestra habilidad para formular preguntas, superaremos el
legado de la educación tradicional de producir la “respuesta correcta”, y
ampliaremos nuestra capacidad de resolver problemas. Cuando te encuentres en
este nivel, significa que habrás llegado a una etapa de no retorno: el aprendizaje
continuo, el más importante.
Y con el nace una pregunta: ¿qué aprendería si
pudiese aprender cualquier cosa? Aquí está la cuna de los pasatiempos, los
sueños, los ideales. Y quienes se dedican con pasión a ellos, viven vidas más
ricas, fecundas y satisfactorias. ¿Acaso no es este el secreto del éxito? ¿Tú
que piensas?
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