Michael Gelb en su
libro la inteligencia genial, nos cuenta que Leonardo Da Vinci siempre llevaba
un cuaderno consigo para poder anotar sus ideas, sus impresiones y sus
observaciones a medida que éstas ocurrían. Este proceso era de gran importancia
para el genio, y es una herramienta de gran valor para producir ideas
generadoras de valor.
Lo más indicado es
que te consigas un cuaderno y lo lleves a todas partes, para que puedas
escribir periódicamente en él, registrando tus preguntas, observaciones,
percepciones, sueños y divagaciones. No hay que preocuparse por el orden o la
lógica, se trata de anotar todo lo que se te ocurra. La pregunta es ¿qué
escribir para sacar mejor provecho?
Michael Gelb
sugiere las siguientes estrategias:
1. Escribe una lista
de cien preguntas importantes, en una sola sentada y de la manera
más rápida posible. ¿Por qué cien preguntas? Las primeras veinte son lo primero
que se te ocurre. En las siguientes treinta o cuarenta empiezan a surgir temas.
Y en la última parte, podrías descubrir un material inesperado y profundo.
Luego lee la lista y subraya los temas que han surgido sin recurrir a juicios
de valor. Termina escogiendo las diez preguntas que te parezcan más
significativas, y numéralas en orden de importancia.
2. Escoge un tema que te guste, y formula al menos diez preguntas al respecto. Luego toma un tema de tu vida personal o profesional y haz el mismo ejercicio. No respondas ninguna
pregunta, sólo escríbelas. Posteriormente, escribe tus pensamientos a lo largo
del día, o tenlos en tu mente para escribirlos después. Trata siempre de
hacer observaciones exactas y simples.
3. Elige cualquier
pregunta del ejercicio anterior y siéntate a solas con ella, dándole vueltas en
la cabeza por un rato, como quien intenta contemplarla. Este es un ejercicio de
gran valor sobre todo a la madrugada o al momento de acostarse. Si lo haces
sinceramente, tu mente empezará a incubar percepciones en la noche.
4. Complementa el
ejercicio de contemplación retomando la pregunta y escribiendo sus respuestas,
sin detenerte, a manera de un flujo de ideas continuo. Descansa un
poco, lee lo escrito y resalta aquello que sea de mayor significado para ti.
Esta es una herramienta excelente para solucionar problemas personales y
profesionales.
Si afinamos nuestra habilidad para formular preguntas, superaremos el
legado de la educación tradicional de producir la “respuesta correcta”, y
ampliaremos nuestra capacidad de resolver problemas. Cuando te encuentres en
este nivel, significa que habrás llegado a una etapa de no retorno: el aprendizaje
continuo, el más importante.
Y con el nace una pregunta: ¿qué aprendería si pudiese aprender cualquier cosa? Aquí está la cuna de los pasatiempos, los sueños, los ideales. Y quienes se dedican con pasión a ellos, viven vidas más ricas, fecundas y satisfactorias. ¿Acaso no es este el secreto del éxito? ¿Tú que piensas?
Y con el nace una pregunta: ¿qué aprendería si pudiese aprender cualquier cosa? Aquí está la cuna de los pasatiempos, los sueños, los ideales. Y quienes se dedican con pasión a ellos, viven vidas más ricas, fecundas y satisfactorias. ¿Acaso no es este el secreto del éxito? ¿Tú que piensas?
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