Al pensar en
esta pregunta recuerdo la fábula del "Zorro y el Erizo", que a
continuación transcribo:
"En su
famoso ensayo “el erizo y el zorro“,
Isaiah Berlin dividió el mundo en dos grupos, basándose en un proverbio griego
antiguo, que enfrentaba a los dos grandes enemigos cara a cara. La fábula
cuenta que los zorros siguen muchos objetivos al mismo tiempo, ven el mundo en
toda su complejidad, están siempre difusos, moviéndose en diferentes planos, y
sin integrar sus ideas en una visión unificada. Los erizos, por el contrario,
simplifican la complejidad del mundo en una sola idea que unifica y guía todo
lo demás. Reducen los retos y los dilemas en ideas simples, y desechan todo
aquello que no tiene que ver con estas ideas. Cuando los zorros y los erizos se
enfrentan, siempre gana el erizo.
El zorro sabe muchas cosas, el erizo sabe una sola gran cosa, esto es lo que dice el proverbio griego. El zorro puede llegar a desarrollar complejas estrategias para atacar al erizo, [un] día sí y [un] día no patrulla alrededor de la madriguera de este para conseguir hincarle el diente. Como [el zorro] es tan rápido y flexible parece que va a ganar; [mientras que] el erizo, animal raro y poca cosa, mezcla de un ratón y un armadillo, se mueve alrededor de su guarida, simplemente cuidándose de buscar comida y de guardar su casa.
El zorro está esperando
emboscado a que pase el erizo. Éste, ajeno a todo, pasea tranquilamente y se
pone a tiro de su depredador, el cual se abalanza sobre él con una rapidez
inigualable. Se cree el caballo ganador. Pero el erizo, que ve el peligro,
simplemente se enrolla en una espiral de espinas puntiagudas que apuntan en
todas direcciones.
El zorro, que se pincha la
primera vez que intenta morder al erizo, se repliega al bosque humillado. Pero
como se cree muy listo, planea otro ataque contra su enemigo. No se da cuenta
que siempre tendrá la batalla perdida. Día tras día se repite esta batalla, y
aunque pueda parecer que el zorro es muy superior, el erizo siempre gana, [porque] tiene
claro lo que es, cuál es su punto fuerte, y qué es lo que sabe hacer
bien."
A diferencia del zorro que
persigue muchos objetivos a la vez, motivo por el cual se dispersa y pierde el
foco de lo que puede lograr en el largo plazo; es preferible actuar como el
erizo que se enfoca, gracias a su visión global, en una gran cosa, y es
constante hasta alcanzarla. El erizo es un experto en la defensa y no se
distrae en otras cosas. Este es el principio que guía todo lo que el erizo
hace, y le ayuda a tener éxito contra todo pronóstico.
Para lograrlo Jim Collins
propuso que uno debe enfocarse en encontrar algo común al responder a estas
tres preguntas: ¿qué es lo que me apasiona profundamente?, ¿qué es lo que puedo
hacer mejor que nadie? y
¿qué es lo que me impulsa?
La propuesta de Collins fue
diseñada para el mundo empresarial y en este artículo quiero adaptarla para la
vida personal. La primera pregunta, ¿qué
es lo que me apasiona profundamente?, significa identificar cuáles son las
motivaciones y valores que me inspiran. La segunda pregunta, ¿qué es lo que
puedo hacer mejor que nadie?, significa comprender cuáles son mis capacidades y
en qué puedo sobresalir. Y la tercera pregunta, ¿qué es lo que me impulsa?,
significa comprender en qué debo invertir mis energías y recursos, y en dónde
debo des-invertir, porque no me genera beneficios. Esto es esencial, porque
cuando las cosas se ponen difíciles, es cuando me corresponde centrarme en lo
que soy bueno para poder sobrevivir y prosperar, en lugar de estar en la
búsqueda de estrategias alternativas que me distraen como al zorro.
De cada pregunta obtendré
varias respuestas, lo esencial está en identificar qué concepto es común a las
tres preguntas. No siempre es tan evidente encontrarlo, razón de más para
seguir analizando y explorando diferentes combinaciones hasta hallarlo, como el
erizo, cuyo gran concepto central es la defensa.
Cuando haya logrado encontrar
este gran enfoque, debo dirigir mis estrategias hacia este único y gran
objetivo, y eliminar todo lo que me distraiga de él.
Entonces, y sólo entonces
podré a semejanza del erizo, ver lo esencial e ignorar el resto.