lunes, 16 de junio de 2014
LA EDUCACIÓN DE CALIDAD
Quienes tenemos la responsabilidad de la
educación de las actuales generaciones, estamos llamados a desarrollar en los
niños y los jóvenes cuatro habilidades fundamentales, que hoy por hoy se han
convertido en las más valiosas de cualquier organización, de acuerdo con Tony
Buzan inventor de los mapas mentales; estas son: creatividad, pensamiento
rápido, visión de futuro y capacidad para resolver problemas.
Existen gran cantidad de herramientas que
ayudan a desarrollar cada una de estas habilidades, así como empresas dedicadas
a lucrarse a través de ellas; por tanto, el énfasis no quiero colocarlo en cómo
aprender todas esas técnicas, porque lo esencial no está en las herramientas
que utilice en el salón de clase, sino en el objetivo que persigo como maestro.
¿Qué objetivos podemos perseguir en la
educación en cada una de estas cuatro habilidades?
1.
Creatividad
En relación con la creatividad hay que tener
claro que el poder de una mente creativa jamás debe ser subestimado. ¿Cómo
podríamos saber si en el salón de clase hay estudiantes con potencial creativo?
Es más sencillo de lo que te imaginas. Estos chicos hacen preguntas como ¿y
quién dijo qué?, ¿por qué tenemos que hacer esto?, ¿qué pasaría si?, etc. Si
incluimos este tipo de preguntas en la dinámica de la clase, los chicos
aprenderán a generar ideas que pueden llegar, incluso a ser rentables, y a
ayudarles a desarrollar el pensamiento crítico. Aquí tienes un par de objetivos
a perseguir: generar ideas que se conviertan en proyectos y desarrollar el
pensamiento crítico. Para lograrlo puedes utilizar diferentes estrategias que
estimulen el pensamiento creativo, ejemplo: los mapas mentales de Tony Buzán,
los seis sombreros para pensar de Edward de Bono, la lluvia de ideas, etc.
2.
Pensamiento rápido
La rapidez es la segunda habilidad más
apetecida hoy en día, y está asociada a la capacidad de descubrir rápidamente
problemas, captar oportunidades y tomar decisiones pertinentes y efectivas. Esta
es una habilidad innata en las nuevas generaciones, piensan y concluyen con
mucha rapidez acerca de cualquier tema. La labor que nos corresponde como
educadores está centrada en orientar este proceso, de manera que evitemos
actuar reactivamente, y evolucionemos a la acción preventiva. ¿Cómo lograrlo en
el salón de clase? Desarrollando el arte de la anticipación. Para educar en
este arte puedes utilizar estrategias como el estudio de caso, desarrollado por
la Universidad de Harvard, que te permite conocer situaciones específicas de
países, empresas o incluso personas, sobre la manera como solucionaron o no el
problema, y proyectar lo que tú harías si estuvieras enfrentado a una situación
similar. Esto significa montarse en hombros de gigantes, para aprender lo que
han logrado y dar el siguiente paso. Eso fue lo que hizo la izquierda Chilena,
cuando llegó al poder; en vez de hacer borrón y cuenta nueva como lo hicieron
otros gobiernos de izquierda en América Latina, ellos, los chilenos,
conservaron todo lo positivo, los resultados logrados, y se propusieron mejorarlos.
Estas enseñanzas y muchas más podemos desarrollarlas en el salón de clase
utilizando el método de caso.
3.
Visión de futuro
La tercera habilidad en mi concepto es la más
importante de todas, porque entrena a los estudiantes en trazarse metas a
mediano y largo plazo. ¿Cómo lograr desarrollar la visión de futuro? Son varias
las cosas que se pueden hacer, y para ello nos valdremos del pensamiento
prospectivo. Primero, hay que identificar un tema que sea de nuestro interés,
que despierte nuestra pasión; luego, es indispensable preguntarse ¿para dónde
va el cambio mundial en ese tema?; posteriormente, es necesario conocer qué se
está haciendo en otras latitudes en relación con ese tema y quiénes lo hacen, (estudio
de mejores prácticas), e identificar cuáles son las tendencias mundiales sobre
el tema de interés.
Un ejercicio como este se puede hacer
perfectamente en clase: inicias identificando con los estudiantes los temas que
les apasionan o sobre los que quisieran saber más; luego continúan con una
búsqueda de mejores prácticas, es decir, quién hace qué y en dónde; y
finalmente, investigan las tendencias mundiales sobre el tema en cuestión. Hay
al menos dos maneras de lograr obtener la información: por internet o
entrevistando a expertos en el tema.
Hacer este ejercicio significa ir un paso por
delante de los demás y prepararse para los retos del futuro.
4.
Resolución de Problemas
Esta última habilidad permite cosechar los
frutos de las tres anteriores, porque de eso se trata la vida de resolver
rápidamente los problemas que puedan surgir, sin sucumbir en el intento. ¿Cómo
enseñar a nuestros estudiantes a resolver problemas? Utilizando estrategias
probadas; por ejemplo si se quiere encontrar la causa de un problema puedes
utilizar la técnica de los 5 por qués, que consiste en preguntar cinco veces
por qué se presenta tal problema, hasta llegar a la raíz del mismo; también se
puede usar el análisis causa-efecto, y muchas más. Si lo que se quiere es
solucionar un problema se puede utilizar la técnica PHVA, mediante la cual se diseña
el plan de acción, se implementa lo que se va a hacer, se verifican los avances
y estancamientos, y se formulan las acciones correctivas.
Por dónde empezar. Haz una lluvia de ideas
sobre algún problema que quieran resolver, luego elaboren una escala de
prioridad para elegir por consenso el problema a solucionar, y luego apliquen
alguna de las técnicas mencionadas, ya sea para encontrar la causa y/o para solucionarlo.
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