Un gran
amigo, Fredy Garzón, sacerdote carmelita, me ha compartido este gran mensaje que quiero ofrecerte, para que tengas
la oportunidad de mirar cómo sales de este test al que quisiera llamar la “Gente
que me gusta”:
Gente que
saque a pasear a sus niños con el mismo entusiasmo que saca a pasear a sus
perros.
Gente que le
hable a sus vecinos como le habla a sus plantas diariamente.
Gente que le
sonría a los demás como le sonríe todas las noches al televisor.
Gente que
dispense tanta atención a los que los rodean como igual hace con su
computadora.
Gente que
esboce una sonrisa cuando pueda mirar.
Gente que
salude cuando alguien se aproxima.
Gente que
escuche la naturaleza como si intentara escucharse a sí misma, o al radio con
los audífonos que le mantienen ajeno a lo cotidiano.
Gente que
adore, mime y cuide a su familia como adora, mima y cuida a su auto, sus
aparatos eléctricos o sus mascotas.
Gente que
esté siempre dispuesta a colaborar como siempre está dispuesta a contestar su
celular.
Gente que
cuando se mire en el espejo mire más allá y se mire el alma, no el armario que
lleva encima.
Gente que
cuando hable proponga, no que disponga ni sea conflictiva.
En fin,
gente que huela a… ser humano.
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