martes, 28 de julio de 2015

UN MUNDO ENLOQUECIDO POR EL CONTROL

El drama de los seres humanos de todas las épocas podríamos sintetizarlo en "el deseo de controlar todo lo que sus sentidos le permiten percibir". Xavier Guix en su genial libro ¡Descontrólate! Reflexiones para los que controlan demasiado, presenta el escenario en el que viven quienes están poseídos por el deseo de controlar. En este artículo encontrarás algunas de estas ideas.

Guix (2007) citando al filósofo y escritor Alan Watts, quien proclamó a mediados del siglo anterior que "El hombre civilizado no sabe lo que quiere", plantea que hoy esa situación ya está resuelta porque el hombre "lo quiere todo". "No quiere renunciar a nada, como si todo estuviera ahí fuera para ser consumido compulsivamente. Tal ilusión le está amargando la vida".

Continúa Guix diciendo que "este mundo en el que vivimos... lo hemos hecho cada vez más complejo, más complicado". Parece "como si la misión en esta vida fuera llegar a todas partes, hacerlo todo y tenerlo todo". De esta manera "acabamos viviendo más allá de nuestras posibilidades", y "quien más sufre este incesante acoso es, nada más y nada menos que nuestro cuerpo".

"En el intento de llegar a todas partes vamos dejándonos la piel, sufrimos". "Nos pasamos pensando en controlar nuestra vida. Porque en el fondo de eso se trata: querer controlar lo que nos sucede; querer controlar el futuro, tener ´claridad´; pasar por la vida ´evitando´que nos pasen cosas ´inesperadas´". "Sufrimos ante la posibilidad de que las cosas no sucedan como teníamos pensado, cuando queremos tener la máxima seguridad en todo". "¿Qué miedo se oculta detrás de la necesidad de controlar?"

"El estilo de vida al que nos estamos acostumbrando, a menudo como una indefensión aprendida, conlleva la aparición de una especie de personalidad ´controladora´ que se pasa el día con la alarma puesta. La ansiedad por controlarlo todo acaba descontrolándonos. ¡Cuánta energía gastamos cada día sufriendo por llegar a todo! ¡Por no fallar!"

"Las conductas de control generan disfunciones en nuestra conducta cuando no auténticas patologías".

"Tal como vivimos hoy es muy difícil que a la vuelta de la esquina nos encontremos con un depredador. Nuestros miedos son mayoritariamente construidos por nuestra mente, porque lo que nos espera al voltear la calle es el pago de una hipoteca, el enfado de nuestra pareja, la visita al médico o el estrés que nos causa vivir en la incertidumbre".

"Somos buscadores inquietos de relaciones causa-efecto de tal manera que no nos conformamos con manejar la información sobre nuestro medio, sino que acabamos por atribuirle significado. El resultado de este ejercicio acaba siendo una valoración emocional, motivacional... y cognitiva sobre el placer, el dolor y las capacidades y recursos de que disponemos para afrontar" cualquier situación. "El balance nos puede asustar, deprimir o estresar, del mismo modo que puede acrecentarnos, estimularnos o acomodarnos".

Detrás de las conductas controladoras sólo existe el miedo, y se manifiesta a través de diferentes mecanismos de control. ¿Qué hacer? En primer lugar, "se puede tomar conciencia de cómo lo hemos construido y darnos cuenta de cómo hemos aprendido a asustarnos ante ciertas situaciones o personas". El miedo a lo desconocido no existe, "sólo podemos tener miedo de lo que conocemos". "Y eso que conocemos, lo hemos aprendido de alguna manera". Entonces, es fundamental separar el miedo como emoción del objeto que lo ocasiona. También es clave "darse cuenta de cómo utilizamos ese objeto en nuestra imaginación". Porque así como la imaginación es poderosa, también nos puede destruir. "A partir de ahí cabe un ejercicio de deconstrucción, capacitarnos en el arte de desaprender".
En segundo lugar, es necesario construir una actitud. Guix plantea para ello un ejercicio "te propongo que te sientes frente al mar, o lo imagines. Contémplalo un buen rato. ¿Acaso lo puedes controlar? ¿Puedes decidir que el oleaje vaya según te convenga? ¿Puedes cambiarle el color? ¿Puedes pedirle que se acerque más o menos? Lo único que puedes hacer es vivirlo como es. Puedes disfrutarlo o puedes temerlo. O las dos cosas a la vez. Pero aceptas que es como es. Y a la vez decides cómo quieres relacionarte con él a partir de esa aceptación. Sólo a partir de la aceptación puede haber transformación. Lo mismo ocurre con todo lo que atañe a nuestra vida. A menudo queremos controlar lo imposible, o lo que es lo mismo, no aceptamos la vida tal cual se nos presenta. Muchas cosas que nos ocurren no las deseamos, no es eso lo que estamos pidiéndole al universo, pero están ahí. Son un hecho. Al igual que el mar, habrá que decidir qué relación queremos tener con esa realidad. Aceptarla es el primer paso hacia su transformación. Negarla o controlarla en exceso será el primer paso hacia el miedo.

Todas estas son un conjunto de reflexiones para los que decidan descontrolarse.


jueves, 16 de julio de 2015

DIRIGIR UNA EMPRESA, TOMAR DECISIONES Y SEGUIR CRECIENDO

De acuerdo con la Sociedad del Conocimiento los países son medidos al menos por tres índices, el índice de desarrollo humano (IDH) desarrollado por el nobel de economía Amartya Sen, el índice de adelanto tecnológico (IAT) desarrollado por el PNUD y el índice de competitividad global (GCI) desarrollado por el Foro Económico Mundial (WEF). Estos índices no son los únicos, hay más; sin embargo, lo que quiero resaltar de los resultados de estos índices son las enormes disparidades que existen entre países como consecuencia de la diversidad, el dinamismo, y sobre todo, de la oportuna toma de decisiones.

Mientras que el (IAT) refleja en qué medida un país crea y difunde tecnología, y construye una base de conocimiento humano, el (IDH) da cuenta del progreso humano, y el (GCI) mide cómo un país utiliza los recursos de que dispone, así como su capacidad para generar prosperidad para los habitantes; lo que es relevante destacar aquí es que el análisis de la información brindada por estos índices permite obtener conclusiones importantes, y la más esencial de todas está ligada a la "toma de decisiones", que para acertar será necesario desarrollar una visión sistémica y holística, comprender los retos que nos plantea la sociedad del conocimiento, así como, darle un nuevo enfoque al desarrollo, de manera que éste se centre en la valorización del capital humano. Y es aquí en donde me quiero detener.

El desarrollo del capital humano requiere que las personas tomen decisiones difíciles, porque así como los países responden de manera distinta al desarrollo, las personas también; y de acuerdo con su nivel de respuesta unos avanzan más que otros, o mejor aún, cada uno se estanca en un determinado nivel.

Resultado de imagen para nivelesJohn Maxwell (2008) presentó un modelo sugerente de seis niveles, ¿en cuál te encuentras?

"Nivel 1. Algún crecimiento.

En este nivel algunos experimentan crecimiento a muy bajo ritmo y sin dirección. Tal vez sean competentes, pero nunca brillan en sus cargos".

"Nivel 2. Crecimiento que los capacita para su trabajo.

Muchos creen erróneamente que la meta final de su desarrollo es sólo hacer bien su trabajo. No lo es. Muchos que no tienen un buen promotor o un firme deseo de crecimiento personal detienen su proceso de desarrollo en este punto".

"Nivel 3. Crecimiento que los capacita para reproducirse en su trabajo.

Aquí se encuentran los que están capacitados para entrenar a otros en su área de pericia, pero no tienen habilidades de liderazgo.

"Nivel 4. Crecimiento que los lleva a un nivel más alto en el trabajo.

Aquí se encuentran las personas dispuestas a crecer tanto personal como profesionalmente. Parece un salto fácil, pero no lo es. Quienes lo logran no solo crecen en experiencia, sino que amplían su pensamiento, lo que los hace más valiosos para la organización.

"Nivel 5. Crecimiento que les permite llevar a otros a un nivel más elevado.

"En este nivel empiezan a emerger los grandes líderes. Estos individuos son verdaderos promotores de personas, y en poco tiempo amplían el valor de sus líderes y organizaciones, es más, los multiplican".

"Nivel 6. Crecimiento que los lleva a poder efectuar cualquier trabajo.

Son muy escasos los que se desarrollan en este nivel, y forma parte de una vocación personal de ayudar a las personas a lograr llegar hasta acá; se requiere un trato con mucho amor y respeto. Quienes aquí se encuentren triunfarán en cualquier parte, porque tienen "habilidades y fuerzas que trascienden cualquier campo particular o industrial". Si llegaras a encontrar a una persona así en tu camino, únete a ella y llegarán a generar un impacto más allá de las propias capacidades.

¿En qué consiste su trabajo como empresario o director? Dice Maxwell que consiste en descubrirse como promotor de líderes, caminar con cada uno y ayudarlo a medida que desee mantenerse creciendo; y si en algún momento el crecimiento se detiene deberá abandonarlo porque uno no puede forzar a alguien a que se mantenga creciendo. Esto también es una decisión, y muy difícil. Y así como sucede con las personas, sucede también con las empresas y los países. De allí que sea tan pertinente en ciertas circunstancias aquel adagio "Tenemos los dirigentes que nos merecemos".



viernes, 3 de julio de 2015

EL PROFESOR EXCEPCIONAL

El Dr. Waldo Mendoza, profesor e investigador de la PUCP examina el libro de Ken Bain historiador y pedagogo norteamericano para señalar las cualidades que hacen excepcional a un profesor universitario. Los hallazgos del libro indican que dichos profesores crean un entorno para el aprendizaje crítico de sus alumnos y los preparan para que hagan distintos tipos de trabajo intelectual, no para que sean buenos haciendo exámenes.

La educación es un determinante importante del progreso económico. La calidad de la educación depende de la calidad de los profesores. ¿Cómo es un profesor de calidad excepcional? Ken Bain, historiador y pedagogo norteamericano, responde a esta pregunta en un libro fascinante que las autoridades y los profesores peruanos deberíamos leer.

El libro de Bain, “Lo que hacen los mejores profesores de la universidad” (Universidad de Valencia, 2007), fue publicado originalmente por Harvard University Press, donde obtuvo el premio anual que dicha editorial otorga a la mejor publicación en educación y salud. Es el resultado de 15 años de investigación del autor, enfocado en el desempeño de 63 profesores considerados excepcionales por sus alumnos, colegas y sus instituciones, en universidades de EE.UU., en disciplinas tan diversas como el teatro o la medicina. 

Cada capítulo del libro es la respuesta a una pregunta sobre lo que hace excepcional a un profesor universitario. ¿Cómo son los profesores excepcionales? Sin excepción, conocen su materia extremadamente bien. Son eruditos. Algunos cuentan con una lista impresionante de publicaciones; otros, no necesariamente. Estos últimos, sin embargo, son doctos en los desarrollos intelectuales de punta.

¿Cómo preparan sus clases? Consideran la preparación de las clases como un esfuerzo intelectual tan exigente e importante como su investigación. Son minuciosos, detallistas y centran el interés en fomentar el aprendizaje, más que en transmitir las verdades de la disciplina.

¿Qué esperan de sus estudiantes? Lo mejor. Tienen expectativas muy altas sobre ellos. Están seguros de que pueden conseguir peras de los que otros consideran que son olmos. 

¿Cómo se desempeñan en el salón de clases? Los estilos varían, pero todos los profesores excepcionales intentan crear un “entorno para el aprendizaje crítico natural”, donde los estudiantes aprenden enfrentándose a problemas relevantes y desafiantes. Tienen buena oratoria, capacidad de comunicarse verbalmente de forma que estimula el pensamiento y consideran que la capacidad de hablar bien es una destreza importante que vale la pena refinar tanto como la de escribir. Los profesores excepcionales rara vez utilizan los mismos recursos en todas las clases.

¿Cómo tratan los profesores excepcionales a sus estudiantes? Algunos de ellos son tímidos y otros extrovertidos; algunos muy formales y otros no tanto. Sin embargo, todos utilizan siempre un lenguaje cálido, muestran una gran confianza en sus estudiantes, se muestran abiertos y de vez en cuando hablan de su propia aventura intelectual. Para ellos, la clase no es un espacio para demostrar su brillantez o para ejercer el poder sobre los estudiantes.

¿Cómo evalúan a sus estudiantes? Tienen algún programa sistemático para poner a prueba el aprendizaje de los estudiantes. Para ellos, los exámenes son una extensión de la clase. Preparan a los estudiantes para que hagan determinados tipos de trabajo intelectual, no para que sean buenos haciendo exámenes.

Ken Bain está convencido de que la buena docencia puede aprenderse, y los hallazgos de su libro pueden servir perfectamente a todo profesor, de escuela, colegio, academia, instituto tecnológico o universidad. Leer a Bain nos puede ayudar a ser mejores profesores, quizá excepcionales, y contribuir así al progreso económico de nuestro país.

 

lunes, 29 de junio de 2015

10 STEPS TO KEEPING EMPLOYEES ENGAGED AND MOTIVATED

Success in business management, always go hand in hand with the management of people . In the following article Eric Friedman presents 10 key actions.


Posted by Eric Friedman
When it comes to job satisfaction, financial rewards may be lower on the list than most people think. Being happy with your job seems to depend more on the intangibles: feeling part of a team and being valued and appreciated consistently outrank money when employees are polled about job satisfaction.

Bill’s Story
Take Bill, for example: a very competent project manager at a software development company. He was recruited a few months ago to his current company, and he is already thinking of looking elsewhere. “I get no feedback whatsoever from my manager,” he said. With no sense of how he fits into the company’s overall goals or how he’s performing, his motivation is down. “The hours are much better at this company,” he concedes, “But I’m not as engaged in the work – I just don’t care as much.”

Bill’s story is not unique, as many managers know. So here are some tips and strategies for retaining valuable employees.

TEN STEPS TO SUCCESS
Many of the following recommendations may sound like common sense, but you’d be surprised how many managers neglect to follow them. They can allow you to achieve the Holy Grail of the work place: the ability to motivate your employees to move mountains! (And they’ll be happy with their jobs while they do it.)

Step 1: Clearly define your vision. Make sure that your vision is provided as a roadmap for your employees, and that they know each twist and turn.

Step 2: Give employees what they want and need. Don’t just assume that each and every one of your employees has all the tools, training, and support from supervisors they need –check in with them personally and find out.

Step 3: Communicate well and often. Training sessions, memos, newsletters, FAQs, and regular meetings can all be used to present your vision to your employees. Make sure to ask questions, and if they are confused, redesign the way the information reaches them.

Perhaps the most important part of a good manager’s job is communicating effectively. Creating a culture of communication in which managers and employees share common goals and work together to meet them can boost a company up and even save it from the gutter.

Goodman and Truss, in the Journal of Change Management (2004), stressed the importance of communication, especially in difficult times or during times of change. Timing is critical in letting employees know about upcoming changes, in order to reduce uncertainty. You also need to be very clear about your purpose when you meet with them.

Goodman and Truss recommend the following objectives:

·         Obtain individual buy-in
·         Obtain commitment to the change
·         Minimize resistance
·         Reduce personal anxiety
·         Ensure clarity of objectives
·         Share information/vision
·         Challenge the status quo
·         Obtain clarity
·         Minimize uncertainty

(Goodman, J., & Truss, C., (2004). The medium and the message: communicating effectively during a major change initiative. Journal of Change Management, 4, 217-228.)

Step 4: Get everyone engaged. Figure out a way to get all of your employees engaged in planning and decision-making. That way the project becomes their baby: something they’re willing to fight for.
To do this, whenever possible, ask for input and use their ideas. This way, they have a vested interest in seeing the project succeed. This can not only empower and motivate employees, it can also lead to new and more productive ways of working that normally would be overlooked during more stable times.

Step 5: Coach for success, and practice random acts of kindness. Feedback is another great motivator. Don’t wait for the periodic reviews; instead, offer feedback as often as possible. Positive feedback should be given right away, to encourage more of the same performance. Negative feedback should also be given a.s.a.p., so that workers have the opportunity to self-correct. If you can, schedule weekly meetings with individual employees, to provide an opportunity to discuss ongoing projects and issues. These meetings don’t have to take a lot of time, and they can build strong working relationships.

And don’t forget to say “Thank you!” for a job well done. It’s a powerful motivator, and should be done often–in person if possible. Publicly acknowledging your employees’ contributions is even better. In a survey by McKinsey Quarterly in 2009, praise from immediate supervisors and attention from company leaders were found to be just as important or more important than financial rewards.

Step 6: Act fairly, respect, and create trust (don’t be a jerk). Use your judgment, wisdom, and experience to create a supportive environment. When problems arise, examine the circumstances, understand the context, and only then pass judgment. Respect and trust your team and you will get the same in return. If you make a mistake, apologize and admit you were wrong. This will allow your employees to relate to you better, and they will appreciate your honesty.

Step 7: Trust and verify, but also try to make work fun. Good bosses pay attention to the big picture and the details, and care about both the product and the employees. A good way to show that is be involved in the creation process, and to pay attention to what is going on. And remember to do this with a smile on your face. Lighten up! Making work fun really pays off, since people often get a lot more done when they enjoy themselves.

Step 8: Give special attention to high-potential employees. “Even in a tough economy, high-potential employees have other opportunities,” according to Douglas Klein, president of Sirota Survey Intelligence. A study they conducted showed that during an economic crisis, employees who are anxious about their future can negatively affect a company. The reason is simple and obvious: they are less engaged in their jobs, and they may be making plans to leave.

To keep them engaged, consider putting more resources into career development and training. Or perhaps you can give them new projects that will help the company adapt to the changing market, grow, and develop.

Step 9: Be creative to avoid downsizing. “An employer that treats its employees as true partners makes every effort to avoid layoffs,” according to Klein. The key is for employees to trust that management is doing everything possible to retain them. Voluntary steps to reduce costs, which Klein calls “rings of defense” can be employed to avert disaster.

This step may look like a shot in the dark, but you’d be surprised how reasonable people can be about pay cuts and/or working overtime, as part of a crisis strategy, built with their own accord as a safety net during challenging times. The magic of this approach relies on those few words: built with their own accord.

(Sirota Survey Intelligence survey summarized in “The Enthusiastic Employee: How Companies Profit by Giving Workers What They Want”, 2005)

Step 10: Implement incentive programs.

No matter of what kind of business you are in, you should look into incentive programs. They have been shown to be highly beneficial in motivating employees, and a major benefit is that the cost can be based on actual performance and paid out only after an employee has reached the desired goal. “Do good and you’ll get rewarded” makes a positive impact on the company as a whole, with employees working harder to meet the target.

The following results were found in a study by the International Society of Performance Improvement, on the benefits of incentive programs:

They can improve performance significantly. The study found that performance could be increased by 22 percent in individuals, and 44% in teams.

They can improve employee engagement. Performances improved by 15% when rewards were offered, and if employees were rewarded again to continue performing well, the improvement reached 27%.

They can attract high potential employees. And these high quality employees are also more likely to stay when incentive programs are in place.

(Incentives, Motivation and Workplace Performance: Research & Best Practices, the International Society of Performance Improvement 2002

JOB RETENTION STRATEGIES

Job retention is a big problem for many companies, big and small. The Incentive Research Foundation (formerly known as the SITE Foundation), conducted a study on worker turnover in 2004, and another in the following year.

This study found some important results:

When work is held in high value by the employees, turnover is not a big issue. Recognition, praise, and special incentives are tools that can raise the value of work to employees.
Whenever a company supports its employees, turnover rates drop significantly.

If employees feel better about their jobs, they are less likely to leave. Even more importantly: they will try to be better at what they do.
By raising motivation levels, worker turnover can be reduced up to 53 percent.
(Steven J. Condly, Ph.D. and Robin DiPietro, Ph.D. “Motivation in the Hospitality Industry” 2005)

The results speak for themselves. Companies need to be pro-active to develop and retain the right people! Investing in your staff translates into big benefits for your company, including financial gains that will only grow over time.

viernes, 26 de junio de 2015

HARVARD: La Excelencia llega con saber decir NO

Por: Michael Blanding

En: Harvard Business School| 17 de junio de 2015

Todos conocemos personas que parecen capaces de rendir a un nivel más alto que el resto. Además, todos hemos tenido momentos donde estamos funcionando a toda máquina y todo parece operar bien. Pero, ¿cómo lograr ese tipo de excelencia de una manera constante, día tras día?

La profesora de Harvard Business School (HBS), Frances Frei, ha explorado respuesta a esa pregunta desde hace años en el sector de comercio minorista. Sus indagaciones culminaron en su libro de 2012, Uncommon Service: How to Win by Putting Customers at the Core of Your Business[El Servicio Infrecuente: ¿Cómo ganar al poner a los clientes en el centro de su negocio?].

El semestre pasado en HBS, la profesora de Gestión de Servicios de la Fundación UPS aplicó esas lecciones a través de un nuevo curso para los estudiantes de MBA, "Why You Should Care: Creating the Conditions for Excellence (CCE)" [¿Por qué se debe cuidar la creación de las condiciones para la Excelencia], dictado conjuntamente por Frei, y la profesora titular y gurú sobre capital de riesgo, Amy Schulman. Juntas, Frei y Schulman, crearon un curso diferente a cualquier otro en la Escuela, un curso excepcional tanto por su profundidad práctica e intensidad personal. "Ni siquiera puedo expresarte lo excepcional que resultó tal experiencia," dijo Frei. "Nunca antes he recibido documentos de trabajos como este, nunca."

De acuerdo a la descripción del curso, "CCE explora cómo identificar y superar las barreras a la excelencia personal y profesional, las barreras que suelen ser contra-intuitivas tales como el enfoque en el logro individual."

El valor de ser malo en algo
En el centro de la filosofía de Frei se deja implicar algo que los MBA de Harvard no están acostumbrados a oír: para alcanzar la excelencia, se necesita el coraje de aceptar ser malo en otra cosa.

"Estoy obsesionada con esta cuestión de por qué personas bien intencionadas, energéticos, que siguen sus propios instintos terminan siendo parte del problema," dice Frei. Ella encuentra que el principal obstáculo que enfrenta la mayoría de la gente es tratar de ser bueno en todo y, por lo tanto, no ser excelente en nada.
"Las personas compiten entre sí en todas las dimensiones, y trabajan cada vez más duro. Para salir de ese círculo no se necesita más capacidad, pero sí es necesario un enorme valor para decir, si voy a ser realmente bueno en algo, voy a ser malo en algo más. Si voy a competir en costo y calidad, entonces alguien me va a superar en velocidad".

La siguiente lección en el curso trató de la colaboración. Una vez que decida competir en el área particular de sus fortalezas, dijo Frei, se tiene que aprender a trabajar con otros para complementar sus debilidades. Ahí es donde la expertise de Schulman entra en juego. Como socia capitalista de la firma Polaris Partners, valorizada en $4,000,000,000 de capital de riesgo, y ex ejecutiva de Pfizer, Schulman ha trabajado en unos 90 países de todo el mundo.

"La clave para la creación de equipos colaborativos dentro de diversos ambientes, es encontrar estrategias que aumenten las métricas de valor, de modo que los individuos no están peleando por las tajadas del pastel fijo," dice Schulman. "Al llegar a personas con diferentes objetivos, se crea más valor para todos." La suma es mayor que las partes, en otras palabras.

Por otra parte, con el fin de asegurarse de que este tipo de colaboración sea exitoso, es importante cultivar el arte de la comunicación. "Es sorprendente lo liberador que es hablar de lo que realmente está pasando y sólo podemos hacer eso cuando nos arriesgamos a discutir lo indiscutible con gracia y atención," dice Schulman.

A los estudiantes se les enseña a aprender su tema tan a fondo que podrían explicarlo a un miembro de sus familias sin mayor antecedentes en el tema. "Muchas veces no necesitamos mejores ideas, sólo tenemos que enmarcarlas de manera más eficaz", dice Frei "Para describir algo de manera simple, debe entenderse profundamente."

Peleándose entre sí
La clase tenía sólo 20 estudiantes, una clase pequeña para los estándares de la Harvard Business School, y única dado que era una mezcla de 50% - 50% tanto de la escuela de negocios (HBS) como de la Escuela de Derecho (HLS) de Harvard. La mezcla de estudiantes de Negocios y de Derecho fue en parte para agregar diversidad a las perspectivas, y llevar a los estudiantes de ambas áreas fuera de su zona de confort.
"Cuando usted está siendo intimado en un ambiente parcialmente anónimo, se siente a la vez extraño y liberador", dice Frei.

El ambiente de clase permitió mucha introspección y reflexión sobre los casos discutidos. Schulman recordó la robusta discusión sobre ética y valores entre los estudiantes de ambas escuelas, HLS y HBS. Cada grupo reveló sus prejuicios hacia la otra profesión. "Lo que me resultó sorprendente fue la capacidad de los estudiantes para desafiar sus propias suposiciones, y discutir obviedades de una manera respetuosa sin dejar de ser confrontacional," dijo Schulman.

Ese examen de conciencia lleva a los estudiantes a crear proyectos individuales como expresión de su propia filosofía individual de excelencia. Frei y Schulman animan a los estudiantes a desarrollar su propia visión personal de lo que significa ser cuidadoso, y lo que sucede cuando no lo hacen. Por ejemplo, un estudiante armó un guión donde expresaba su propio credo personal a través de los personajes de la tira cómica Calvin y Hobbes. Otra escribió un ensayo personal sobre su lucha por superar su estereotipo como la "Chica tímida asiática." Otro estudiante, que venía del sector de comercio minorista, escribió una carta abierta a la tienda de ropa Abercrombie & Fitch sobre por qué "Es tiempo de cuidarse una vez más." Y un estudiante eligió hacer su propio videojuego sobre cómo tomar decisiones correctas en un entorno de trabajo. (Cuando Frei aparecía en el juego, "yo terminaba estando  despedido.")

Uno de los proyectos más emocionantes de la clase, dice Frei, vino de un estudiante de Derecho que había pasado tiempo trabajando en la comisión de derechos humanos del país africano destrozado por la guerra donde fue criado. Él utilizó sistemáticamente el material del curso para criticar la hipocresía en la comisión, así como criticar a sí mismo por no tener los estándares altos suficientes. "Empecé a pensar que si las cosas se están haciendo en cierto modo en la comisión... no había necesidad de cambiar las cosas, escribió. "Yo toleraba más de lo que debería haber hecho." El estudiante terminó su ensayo con algunas sugerencias concretas sobre cómo reformar la comisión.

"Cada uno de ellos se acercaba con su propio punto de vista, y nos daba una increíble retroalimentación el uno del otro", dice Frei de los estudiantes y sus proyectos. Eso fue difícil para algunos de los estudiantes, que encontraban en la falta de una orientación concreta como algo frustrante a veces. Pero Frei dice que esa es la libertad necesaria que tiene cada uno para desarrollar su propia definición de lo que significa la Excelencia.
Una de las últimas lecciones del curso fue en torno al cambio. De su experiencia en el servicio, Frei aprendió que algunos pequeños cambios son a menudo más problemáticos  que su valor, pero con el fin de hacer grandes cambios significativos, se tiene que cambiar a menudo a un ritmo más rápido al que una organización está acostumbrada.

Al sacar a los estudiantes fuera de su zona de confort y ayudándoles a examinar sus propios valores personales en este curso, Frei y Schulman esperan haber hecho un cambio en ellos para mejor.

Traducido por Kristel Castillo para CENTRUM al Día.
Artículo original: “Excellece comes from saying No"
Para leer el artículo original, haga clic aquí.