miércoles, 25 de febrero de 2015

LA SOCIEDAD LÍQUIDA Y LOS RETOS QUE PLANTEA

El jueves 19 de febrero asistimos con los estudiantes de once al Open Campus de la Universidad de la Sabana, mientras ellos se acercaron a los programas de su interés en este difícil proceso de elegir profesión, estuvimos en una conferencia sobre la sociedad líquida, que nos impactó mucho, por las importantes implicaciones que tiene en nuestra labor formativa con los niños, los jóvenes e incluso con nuestros hijos.

El conferencista nos presentó la teoría de Zigmunt Bauman, sociólogo y filósofo Polaco, quien desarrolló el concepto de la “Modernidad Líquida”, entendida como lo que no es sólido, lo superfluo, lo volátil, lo que se derrite, lo que no se fija en el espacio ni se ata al tiempo; mientras que lo sólido es lo contrario, lo rígido, lo pesado, lo que se ata al tiempo y al espacio, y perdura.

La modernidad líquida ha introducido el concepto de la sociedad líquida en donde “lo grande no sólo ha dejado de ser mejor, sino que ha perdido cualquier sentido racional, [mientras que] lo pequeño, lo liviano, lo más portable significa mejora y progreso”. (Bauman, 2003, p.8). Lo “sólido” son los valores, los principios, la familia, la religión, la tradición, etc., que se han venido diluyendo en un entorno líquido en el que todo fluye, convirtiéndose en el nuevo referente para todos, dando nacimiento a una nueva realidad, la sociedad líquida, que utiliza como medios de difusión la música, la moda y la tecnología, y se caracteriza por:

1.        La inseguridad que proviene del miedo constante y la incertidumbre por no tener bases sólidas, quedando indefensos.
2.        La búsqueda de control que es hija natural de la inseguridad.
3.        El consumismo que se traduce en la necesidad de acumular dinero, porque me da el “control” que quiero tener para ser valorado en una sociedad líquida.
4.        El individualismo que me aleja de lo que me genera inseguridad, es decir, las relaciones con los demás (la esposa, los hijos), quienes se convierten en una amenaza contra mi seguridad.
5.        La búsqueda de identidad por fuera de mí, por fuera de lo que soy; cuando eso sucede mi valor como persona pasa a depender de la aprobación de los demás (ej. Los likes que recibo en facebook), y se traduce en un intento permanente por parecer útil a los ojos de los otros, típico de las relaciones líquidas; el riesgo de estas relaciones radica en que en el momento en que no soy percibido como útil, -por mi pareja, por mi familia, por mis hijos, por mi jefe-, me convierto en desecho humano.

De acuerdo con Bauman “la metáfora de la liquidez intenta también dar cuenta de la precariedad de los vínculos humanos en una sociedad individualista y privatizada, marcada por el carácter transitorio y volátil de sus relaciones”. Entonces pasa a ser natural que las relaciones en una sociedad líquida cumplan el mismo propósito de los objetos: use y bote. “El amor se hace flotante, sin responsabilidad hacia el otro, se reduce al vínculo sin rostro que ofrece la Web”. (Bauman, 2007).

Si nos dejamos sumergir en la sociedad líquida permitimos que nuestros referentes sólidos se diluyan, y pasamos a tener referentes débiles, éstos surgen de la competencia, que no es otra cosa que la negación del otro como persona, porque en una sociedad líquida el éxito de uno se funda en el fracaso del otro. La competencia me desdibuja como ser humano, mientras que el ser competente me prepara para ser yo mismo, y me da herramientas para construir bases sólidas que no se fundamentan en el compararme con los demás. Ser sólido significa tener fundamento y razones para actuar que surgen de mi ser personal, “los sólidos conservan su forma y persisten en el tiempo: duran, mientras que los líquidos son informes y se transforman constantemente: fluyen”. (Bauman, 2004).

¿Hay algo que podamos hacer frente a la sociedad líquida que diluye todo cuando cae en su remolino? Afortunadamente sí. El camino se encuentra en comprender para qué educamos, preguntarnos cuál es la finalidad de la educación, y entender que el amor es la antítesis de la utilización, que el amor no es líquido, sino que es una fuerza que me transforma y me capacita para dar.

Seas o no educador de profesión, siempre serás un educador de tus hijos, de tus nietos, de tus colaboradores. Si esto es cierto, cabe preguntar cómo estamos transmitiendo lo importante? Cuando se enseña algo que tiene valor duradero, realmente se educa. Aunque participamos de un mundo en el que muchas cosas son pasajeras, y por tanto, desechables, es fácil caer en la tentación de pensar que las relaciones interpersonales también lo son. Tú tienes el poder para transformarlas, y sembrar cimientos sólidos en tus seres queridos, y en las personas con las que compartes tu vida.

¿Qué tan sólido eres para tu esposa, tus hijos, tus estudiantes?

María del Pilar Talero y Carlos Arturo Hoyos.


Referencias
Bauman, Zygmunt. (2003). Modernidad Líquida. Fondo de Cultura Económica, México.
BAUMAN, Zygmunt. (2004), Ética postmoderna. Siglo XXI: Argentina.
BAUMAN, Zygmunt. (2007). Miedo líquido. La sociedad contemporánea y sus temores. Paidos, Barcelona.
VÁSQUEZ, Adolfo. (2008). Modernidad Líquida y Fragilidad Humana. Universidad Andrés Bello.

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