Hace un par de años tuve la oportunidad de participar en una conferencia dirigida a padres de familia por Mario Valdivieso, un reconocido conferencista educativo sobre el tema del liderazgo en familia.
Valdivieso resalta que la importancia
del liderazgo en la familia radica en que todo grupo humano requiere líderes
que guíen positivamente a sus miembros. Y en consecuencia, la fortaleza o la
debilidad de un país se podrá medir mirando qué tan fuertes o débiles son sus
familias. Estamos hablando entonces de que todo
es un asunto de liderazgo familiar.
Al preguntarse acerca de ¿quién
es un líder en casa? Valdivieso sostiene que un líder es un padre o una madre
que vive en tiempo presente permanentemente, mientras que la mayoría, (que no
son líderes), vive anclada en el pasado. Y un líder es también un padre o una
madre que ayudan a crear sueños y a construir el futuro. Paul Meyer nos
recuerda que “todo lo que vívidamente soñamos, ardientemente deseamos, creemos
y emprendemos con entusiasmo, inevitablemente sucederá”.
Bien vale la pena
preguntarse entonces: ¿qué sueños les estoy creando a mis hijos? Una buena
forma de ayudarlos en este propósito es con un cuaderno de sueños; habla con
tus hijos sobre el tema y regálales un hermoso cuaderno en el que quieran
plasmarlos. La calidad de vida es directamente proporcional a la cantidad y
grandeza de los sueños, y a la acción para realizarlos.
Este es un tema tan
importante para las naciones que países como Dinamarca, Suiza, Suecia entre
otros preparan a sus ciudadanos para triunfar. Japón descubrió lo más grande en
lo más simple: “la palabra”, por lo que aprovechan cada oportunidad para
decirle miles de veces a sus hijos “vas a triunfar”. ¿Qué podemos aprender de
esto? Que nos corresponde fortalecer la fortaleza, y nunca fortalecer la
debilidad. Crear en casa un ambiente fortalecedor forma personas que saben
vivir bien. Y cuando uno vive bien no tiene temor a hacer lo que ama, e
inevitablemente triunfará.
El liderazgo viene
acompañado de poder, y según Valdivieso para que un padre o una madre pueda
ejercer su función de liderazgo en la familia, debe tener claro que necesita un
poder que le permita influir en su propia vida y en la de su familia, para
llevar a cabo acciones excelentes. Por eso se dice, que mientras el jefe
brilla, el líder ilumina. Y para iluminar necesita formarse y ejercitarse.
El ejercicio del poder sólo
funciona con altas dosis de amor. Los gritos, el maltrato, la cantaleta no
sirve. Cada grito y golpe acerca al consumo de drogas, al alcohol, a las
pandillas y al fracaso. Estamos hablando de una clase de poder
diferente de las que conocemos, porque no es un “poder sobre”, sino un “poder
con”.
Valdivieso plantea que el
papel del líder natural en el hogar se caracteriza por dos elementos: autoridad
y control. Y sostiene que la autoridad es la capacidad de establecer orden,
seguridad, confianza y límites; mientras que el control se refiere a conocer la
red de amigos de los hijos, y no dejarlos solos en casa.
Estimado padre o madre en
tus manos tienes dos elementos importantes: (a) el primero que consiste en
ejercer tu rol de líder en casa incorporando la autoridad el control, y (b) el segundo,
y más importante, eligiendo que tipo de poder quieres ejercer “poder sobre” o
“poder con”. Los resultados son absolutamente divergentes. En tus manos está la
decisión. ¿Qué pasaría si como líder ejerces tu “poder sobre” tus hijos? Y ¿qué
pasaría si con tus hijos ejerces el “poder con”?
Independientemente de tu
elección, “poder sobre” o “poder con”, el papel que tienes como líder es el de
entregar lo mejor que a cada instante puedes entregar, porque si no, la factura
del maltrato infantil la pagarás con creces.
Claro es que a ninguno nos
dieron la cartilla para formar a nuestros hijos, ni para ejercer el liderazgo
en casa. No te pedimos más de lo que puedes dar. Y por eso es esencial que te
preguntes cada día “si hoy di lo mejor para dar en mi hogar”.
Valdivieso sostiene que “si
quieres conocer cómo es un ser humano, míralo cómo es en casa”.
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