Ustedes no se
imaginan la emoción tan grande que me inunda el verlos a todos ustedes aquí
reunidos por una misma causa que va más allá de aprender a leer y a escribir, y
nos demuestra que NO HAY DIFERENCIAS, que todos somos iguales. Hace muy poco el
mundo entero celebró los 25 años de la caída del muro de Berlín, un muro que
mientras estuvo en pie, se convirtió en la justificación para dividirnos como
seres humanos; ese muro es lo peor que nos ha podido pasar, porque nos domesticó
en la indiferencia, y eso no puede ni debería volver a ocurrir nunca más en la
historia de la humanidad.
Ahora entienden porque me siento tan emocionado? Este
sencillo acto de despedida de un año de servicio social, no es de ninguna
manera la clausura de un compromiso que deben cumplir los colegiales para poder
graduarse; si fuera solamente eso, diría que hemos perdido el tiempo con
ustedes muchachos; pero por los testimonios que pude leer de lo que esta maravillosa
experiencia ha generado en ustedes me dice lo contrario. Me dice que dos mundos
que no se conocían se han acercado. Que esos dos mundos representados por
ustedes necesitan estar más cerca cada vez. Que esos dos mundos se necesitan el
uno al otro para encontrar sentido, para nutrirse y crecer. Que esos dos mundos
deben dejar de existir para ser uno solo, en el que la solidaridad, la
generosidad, la alegría de darse y el espíritu de servicio reine. Sólo de esa
manera podremos construir la paz y derribar el muro que nuestros padres y los
padres de nuestros padres han levantado y sostenido por tantas generaciones.
Ustedes queridos chicos han vivido esta experiencia de primera mano, nadie se
las ha contado, y el colegio se las ha propiciado para que ustedes abran los
ojos, y sean capaces de romper las reglas que dicen “somos diferentes: ustedes
allá y nosotros acá” para reemplazarla por otra más inclusiva que diga “somos
iguales y nos necesitamos mutuamente”.
Ustedes queridos abuelos y abuelas han
dado a estos jóvenes la mejor lección de sus vidas: mientras que ustedes han
aprendido con el apoyo de estos chicos a leer, a escribir, a hacer operaciones;
ustedes chicos han aprendido de ellos a vivir la vida más intensamente, cada
vez que se dieron ustedes mismos. Y han comprobado empíricamente que varios muros se han caído, y quiero que los sigan derrumbando cada día del resto de sus vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario