La razón de ser del Colegio es y será siempre la de
generar amor por el conocimiento entre los niños y los jóvenes, para hacer de
ellos buenos cristianos y virtuosos ciudadanos. En estas dos líneas se
sintetiza la voluntad de la fundadora, Doña Blanquita, cuando hace 45 años
fundó el Colegio.
Durante este amplio período de tiempo el colegio ha
sido dirigido por tres rectores, y siempre se ha buscado unir las voluntades de
todos los miembros de la comunidad educativa, para vivir de acuerdo con una
escala de valores que nos lleve a todos a ser mejores seres humanos.
El Colegio es un organismo viviente, y lo es por todos
ustedes quienes cada día se esfuerzan, por dar lo mejor de sí en cada momento,
y por brindar a todas las generaciones de estudiantes que han pasado por estas
aulas, experiencias formativas que los conduzcan a elegir lo bueno y lo bello
en cada decisión que tengan que tomar.
Si nuestros estudiantes están aprendiendo a decidir con
sabiduría, seguro estamos haciendo bien la tarea. En muchas ocasiones esos
frutos no los alcanzaremos a ver en el
corto período en que compartimos nuestras vidas de maestros con ellos, por
aquello que, cada quien madura en su momento. Sin embargo, todos nuestros
esfuerzos educativos no quedarán en el olvido. Un antiguo amigo me decía: “con
los muchachos no se logra todo lo que se quiere, pero tampoco se pierde todo lo
que se hace.” Somos sembradores de conocimientos, de esperanzas, de sueños que
se hacen realidad y de sentimientos que moldean los corazones y las voluntades.
A eso y a nada más venimos al colegio cada día. Aquí
crecen día a día los más bellos y los más alegres momentos que recordaremos toda
nuestra vida. Al colegio llegamos siendo niños de cuerpo y con un espíritu
ávido por ser moldeado, y quisiera que todas las generaciones de jóvenes que pasen
por nuestras vidas, salgan siendo grandes de cuerpo y grandes de espíritu.
Es aquí fundamentalmente y en colaboración con los
padres de familia en donde se siembran las bases de personas hechas de buena
pasta humana.
Queridos maestros, eso quiso Doña Blanquita como
rectora al fundar esta obra educativa, y eso mismo quiero yo, desde aquel momento en el que
acepté el reto de ser su rector.
Buen viento y buena mar.
Carlos Arturo Hoyos V.