Quiero plantearte hoy algunas
paradojas. Alguien sabe ¿qué es una paradoja? Piensa en esto, sin necesidad de
considerarlo una definición. “Nacimos para vivir y cada día que pasa estamos
muriendo. Día a día nos vamos gastando la vida.” ¿Hay algo valioso por lo cual
tú te la estés gastando? Esto es pura matemática, o no?
Las matemáticas nos hablan del mundo
puesto en números, eso nadie lo discute. Los números, no sé por quién, han sido
asociados a la riqueza y la riqueza a la acumulación. El mundo explicado por la
matemática de ninguna manera es el mundo de la acumulación que nos venden los
medios.
Steve Jobs, ídolo de muchos, no mío,
dijo sabiamente. “Ser el hombre más rico en el cementerio no me interesa. Ir a
la cama cada noche diciendo que he hecho algo maravilloso es lo que realmente
importa.” ¿Esto qué quiere decir? ¿Dice algo importante a nuestras vidas?
Siempre me han gustado las matemáticas
porque son la base de nuestros sueños. ¿De qué calidad son nuestros sueños?
¿Están acaso basados en el mezquino “arte” de la acumulación? O acaso hay algo
más sustancioso detrás.
Khalil
Gibran, poco conocido por muchos de ustedes, y autor de una excelente obra
llamada “El Profeta”, así como Steve Jobs, también dijo unas sabias palabras al
respecto. ¿Quieres saberlas? Espero que sí. “Para entender el corazón y la
mente de una persona, no te fijes en lo que ha hecho, no te fijes en lo que ha
logrado sino en lo que aspira a hacer.” ¿Y tú qué miras cuando miras a
una persona? Acaso no se centra tu mirada en lo que ha hecho y en lo que tiene,
y cuando hablas con los tuyos de esa persona, ¿qué les dices? Sin temor a
equivocarme, creo que la mayor parte se la lleva todo acerca de su pasado.
¿Acaso le das importancia a lo que quiere llegar a ser? ¿La has escuchado? ¿Le
das validez a sus argumentos o intentas planearle su futuro?
Creo que las matemáticas nos pueden
dar la base del futuro que queremos vivir. Y al respecto quiero que comprendas
que la clave de tu futuro está escondida en tu vida diaria.
Lleva en tu mente y en tu corazón este
bello poema titulado “Piu Avanti” que lo aprendí de un gran maestro en mi época
de escolar, quien todavía hoy cuando nos encontramos nos lo hace recitar a
todos en el encuentro anual de exalumnos.
“No
te des por vencido, ni aun vencido;
no
te sientas esclavo, ni aún esclavo;
trémulo
de pavor, piénsate bravo,
y
arremete feroz, ya malherido.
Ten
el tesón del clavo enmohecido,
que
ya viejo y ruin vuelve a ser clavo;
no
la cobarde intrepidez del pavo
que
amaina su plumaje al primer ruido.
Procede
como Dios que nunca llora,
o
como Lucifer, que nunca reza,
o
como el robledal, cuya grandeza
necesita
del agua y no la implora.
¡Que
muerda y vocifere vengadora,
ya
rodando en el polvo tu cabeza!”
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