Hace 5 años tuve la oportunidad de
conversar con el Hermano Francisco Javier, quien fue rector del Corazonista. En
aquella ocasión me dijo una frase que no olvidaré: "es más efectiva una
gota de lluvia que cae permanentemente, que un fuerte chaparrón",
refiriéndose a la importancia que tiene el estar presente día a día, dando lo
mejor de uno a su hijo(a).
Veo con bastante frecuencia padres de
familia que se encuentran agobiados o muy preocupados por producir y poder
brindarle lo mejor a sus hijos, y seguramente con muy escaso tiempo para los
suyos. ¿Estás en este grupo? Si tu respuesta es afirmativa, quiero invitarte a
que realices el siguiente ejercicio de imaginería: Imagina que tú, padre o
madre, eres tu hijo, y te preguntan, ¿cuál es el mejor recuerdo que tienes de
tu papá?, y de tu mamá? Qué responderías?... (Detente en la lectura y responde
la pregunta)
Podrías decir que como papá, como mamá, le
has dado a tu hijo LO MEJOR DE TI?, es posible que le hayas dado las mejores
cosas que él ha querido y aquellas que tu has considerado muy importante darle,
por ejemplo: un buen colegio, una buena vivienda, unos buenos regalos, que
posiblemente se los habrá ganado tu hijo por ser buen estudiante. Y entonces,
vuelvo y te pregunto si tu fueras tu hijo, podrías decir que tu papá-tu mamá te
ha dado lo mejor de sí mismo?
El 31 de enero fue el último día de
trabajo de una amiga, en una reconocida empresa, quien junto con su esposo son
muy amigos nuestros. Ayer nos reunimos a dialogar y a poner en común lo que
había sido de nuestras vidas en este último mes. Ella nos dijo a las parejas
presentes en la reunión que posteriormente fue a la empresa a recoger su
liquidación y encontró que ya había otra persona a cargo, y todo seguía normal
como si nunca ella hubiera estado allí. Tanto tiempo invertido en una empresa,
el sentimiento de saber que lo hemos dado todo, de sentir que nuestro aporte ha
sido necesario, pensar de pronto que somos imprescindibles... y la vida
sigue. ¿Y en dónde quedó todo ello?
Efectivamente no somos imprescindibles,
pero en tu mundo, tú eres irremplazable. Andrés Hurtado García, mi maestro y
viejo amigo decía al respecto: "esa senda que tú debes abrir, si no la
abres... si no la abres... se queda sin abrir. Así de elemental, casi
simple".
Sigue Andrés diciendo en libro Cartas del
Camino, "si son 10.000 soldados y uno muere, nada pasa. Si son once el
equipo y uno es expulsado, los restantes diez pueden todavía suplirlo
fácilmente. Dime ahora: son dos escaladores (tú y tu esposa) unidos por la
cuerda, empeñados en una pared de absoluta verticalidad, un "sexto
grado" que llaman los alpinistas, y de considerable altura; uno de los dos
desaparece en el abismo. - Dime: quién lo reemplazará?
"Cuando algo grite en lo íntimo de tu
ser que eres irremplazable, entonces sabrás con certeza que has emprendido
NUESTRO camino.
"Sabes? No es ciertamente irrevocable
honor el saber que el campo que tú no rotures nunca será arado y que uno sólo
(tú, yo) es responsable de la fortaleza y del reino".
"Camino que yo no are, nadie lo
roturará" decía mi antiguo y más preciado maestro.
Razón tenía Peter Drucker en afirmar que:
"Es más importante discipular una vida que enseñar una lección". Tú
eres el maestro de tu hijo, que bella y hermosa responsabilidad.
Si tú eres el maestro, tu hijo es el
discípulo, y para poder discipularlo necesitas discernir acerca de quién es tu
hijo, conocer a dónde se supone que va y proveer lo necesario para llegar a ese
destino. Drucker decía también que las personas son como las flores, y las
flores son diferentes, cada una requiere un cuidado especial. Si tú no le das a
tu hijo (la flor) el cuidado que necesita, nunca se abrirá.
Guiar a tu hijo sería más fácil que guiar
a un empleado con potencial, siempre y cuando seas capaz de cultivar unos
valores, y crear en casa unas condiciones que lo permitan.
El secreto de discipular, de guiar a tu
hijo está en ayudarlo a llegar donde quiere ir; para lograrlo has de emprender
varias acciones:
a) mirar objetivamente sus fortalezas y
debilidades. John Maxwell dice al respecto: "sus fuerzas indican las
direcciones en las que tienen que ir, en lo que se pueden convertir. Sus
debilidades nos muestran lo que necesitamos para ayudarlos a mejorar. Animarlos
y ayudarlos en sus fortalezas puede hacerlos vencer sus debilidades y
acercarlos al logro de su potencial";
b) evaluar constantemente su progreso, lo
que significa estimular a tu hijo a mantenerse en curso, a buscar otra
dirección o a ofrecerle otro guía en aquello que anhela;
c) compremeterse y estar disponible para
tu hijo. "Compromiso pobre significa desarrollo pobre; gran compromiso
significa gran desarrollo" (J. Maxwell).
Como lo dijo Ralph Waldo Emerson:
"Una de las más hermosas compensaciones de esta vida es que ningún hombre
puede intentar ayudar a otro sin ayudarse a sí mismo". Todos ganan si te
conviertes en irremplazable y ayudas a los tuyos a lograr cumplir sus sueños.
Hasta una nueva ocasión.
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