viernes, 14 de septiembre de 2012

QUIERES CRECER, FÍJATE METAS

Quiero felicitar desde este espacio a los atletas olímpicos y paralímpicos que participaron en los Juegos Olímpicos Londres 2012, y en especial a los medallistas olímpicos, porque nos han dado la mejor lección que podemos recibir los seres humanos: la del crecimiento. Cada cuatro años estos "monstruos" del deporte nos deleitan con sus hazañas, rompiendo récords. Se han convertido en hombres y mujeres de éxito porque "SABEN LO QUE QUIEREN". Ésta es la receta para triunfar en la vida, para lograr algo que valga la pena. En los cuatro años que hay entre unos juegos olímpicos y los juegos que les siguen estos triunfadores nos enseñan que "EL EXITO NUNCA LLEGA INSTANTAMENTE" y es consecuencia de dar muchos pasos pequeños.
¿Qué cosas concretas podríamos aprender de un medallista olímpico para SER TRIUNFADORES?

Primero necesitamos aclarar qué es lo que realmente estamos buscando y deseando en nuestra vida. Luego de tenerlo claro, podemos fijarnos metas. "Es la meta la que da forma al plan; es el plan el que establece la acción; es la acción la que lleva al resultado y es el resultado el que conlleva al éxito", nos dice Shad Helmsetter en You Can Excel in Times of Change = "Usted puede ser excelente en tiempos de cambio".

Indudablemente tú quieres ser un triunfador en la vida, ¿cierto? Nadie nació para buscar el fracaso ni para sentirse derrotado. Si estás experimentando estas emociones en tu vida, significa entonces que aún no tienes claro cuál es tu objetivo ni hacia dónde vas, por eso es que te desgastas en discusiones inútiles. ¿Quién no desearía dar lo mejor de sí en aquello que quiere? Para lograrlo tendrás que definir eso que quieres, antes de lanzarte a la acción o a la inacción. Te estoy hablando de construir una visión, de soñar con algo que te ilusione y que te haga mejor persona; y que puedas sacar de ti tu mejor tú.

Lily Tomlin dijo: "Siempre quise ser alguien, pero debería haber sido más específica". Es mucha la gente que se encuentra en esta situación. Citando a John Maxwell, son personas con una vaga idea de lo que es el éxito, personas con el deseo de lograrlo, pero que no han encontrado el plan para conseguirlo. Los grandes triunfadores como los medallistas olímpicos son personas que se fijan metas -lograr un menor tiempo de ejecución, una mayor distancia recorrida, mayor peso levantado, precisión absoluta en el ejercicio, etc.-, y entonces se dedican a trabajar fuertemente para alcanzarlas. Lo que obtiene un medallista olímpico cuando alcanza sus objetivos, no es nada comparado con lo que LLEGAN A SER al cumplirlos. Recuerda las caras de satisfacción de cada uno de estos campeones cuando subieron al podio y fueron reconocidos por ser los mejores. Visualízalas nuevamente. ¡Qué dicha más grande!

Es hora de que tú también empieces a forjarte como un campeón; comienza utilizando el mismo principio de los entrenadores de caballos: empiezan con vallas pequeñas, metas fácilmente alcanzables, y las van subiendo" Ian Mac Gregor. Haz que tus metas sean medibles, alcanzables y que requieran de tu mejor esfuerzo, por aquello que "NINGÚN CAMINO QUE VALGA LA PENA ES FÁCIL". Escribe tus metas y como Ben Franklin saca tiempo todos los días para responderte dos interrogantes. En la mañana se preguntaba: ¿Qué bien haré hoy? Y en la noche: ¿Qué bien he hecho hoy?


Cuando nos volvamos a ver, espero verte creciendo acorde con tus metas.

miércoles, 22 de agosto de 2012

DIRIGIR TU PROPIA VIDA

Esta mañana tuve la oportunidad de participar con el profesor Ferney Silva, Director de Grado 6°, en un evento del Colegio que convoca a los padres de familia y a los estudiantes que en el transcurso del período académico han tenido dificultades académicas y de convivencia, y que llamamos "Lisa Meitner, cómo vamos". Conviene decir que este programa lo iniciamos en el Colegio hace cuatro años y ha sido reconocido por el Concejo de Bogotá, como una buena práctica que le permite a los padres y madres conocer con suficiente anticipación, cómo va su hijo en el Colegio y apoyarlo en su proceso de crecimiento y formación.

Nos sentamos en una esquina del Coliseo, cuidadosamente organizada, para atender, uno a uno, a los estudiantes y a los padres de familia citados. Mientras atendíamos a cada joven me percaté de la gran necesidad que tiene de aprender a dirigir su propia vida. Todos fueron citados por indisciplina e irresponsabilidad con sus deberes escolares; y al preguntarle a cada uno por los motivos por los cuales se comportaba de esa manera, quedaba casi sin palabras, y coincidían en que se dejaban llevar por las circunstancias. Esto significa que este joven se adapta de forma pasiva y cómoda a la situación, y entra en un estado de indecisión permanente. Quien así actúa no sabe o no quiere mandar en su vida.  

¿Y qué significa dirigir la propia vida? "Actuar con conductas autónomas, hasta llegar a la capacidad de gobierno de sí mismo" (Castillo, G. 2009). Dirigir la propia vida se concreta en la capacidad de saber elegir el mejor modo de actuar en cada momento.

De la Economía se deriva este principio: "si el beneficio que recibe una persona por no cumplir un acuerdo es superior al costo de cumplir con el acuerdo, entonces la persona no cumplirá el acuerdo". Planteado el principio, le pregunté a cada joven ¿qué beneficio obtuvo de actuar con irresponsabilidad y/o con indisciplina? Y todos dijeron: "NINGUNO". Por tanto, si ser irresponsable o indisciplinado me condujera a obtener buenos resultados o a ser apreciado por mi talento, todos actuaríamos irresponsablemente y seríamos indisciplinados, porque el beneficio sería mucho mejor que el costo de no actuar de esa manera.

Este es un principio que sería muy útil para nuestra sociedad, si las instituciones actuaran comprendiendo la lógica humana, y evitaran que las personas incumplieran los acuerdos, imponiendo un costo muy alto al incumplimiento, un costo que sea percibido por la persona como superior al beneficio que obtendría de no cumplir con el acuerdo.

Este principio nos permite entender cómo nace la corrupción, la irresponsabilidad, la maldad...; éstas aberraciones son posibles cuando la persona descubre que el beneficio de no responder por un contrato, de no cumplir la palabra, de no respetar la vida o los bienes ajenos...; es superior al costo de responder por el contrato, de actuar responsablemente o de respetar la vida y los bienes ajenos.

"El ser humano es víctima de limitaciones interiores de su libertad como, por ejemplo, la ignorancia, la pereza, el egoísmo, la comodidad, la rigidez; y se resiste a adoptar decisiones personales y a aceptar las consecuencias de sus propios actos; tiende a hacer lo que le gusta y apetece y no lo que verdaderamente quiere o debe querer. Por ello, su libertad necesita ser educada, desde los primeros años, en el ámbito familiar" (Castillo, G. 2009, p.61). 

Estimado maestro, padre, madre, en tus manos está el preparar al niño, al joven para una vida honesta, en la que se puedan cumplir los compromisos o los acuerdos. Lo que realmente lo educa no es solamente "poder hacer", sino "poder hacer el bien", puesto que esto es lo que enriquece a la persona; y para lograrlo, necesitas ayudarlo a descubrir el sentido de la vida. No basta con corregir o quitar trabas, es indispensable abrir caminos que permitan que el conocimiento, el valor y la fortaleza lo conduzcan a una mayor plenitud.

La primera tarea con el niño y con el joven, sin duda, es la de apartarlo del mal camino, que no conduce a nada satisfactorio, sin embargo, no es suficiente, hay que ir más allá, y ayudarlo a resolver el problema de ¿qué camino emprender?, ¿cómo andarlo? y ¿cómo lograr que este nuevo camino mejore al joven como persona? Es él quien debe recorrer su camino, no tú; entonces él tendrá que hacer un plan personal para su tiempo libre, y para que tenga sentido para él necesita elaborarlo en función de valores, es decir, ponerse una meta alta y digna de ser seguida, que le genere no solo satisfacción, sino orgullo el alcanzarla.

¿Cómo diriges tu vida? ¿Qué haces para conducirla hacia la excelencia?

viernes, 27 de julio de 2012

ABRIR CAMINOS

Andrés Hurtado García, mi Maestro en mis años juveniles, inicia la "Carta de los Crecimientos" diciendo que "Los Nómadas llevan pocas cosas a cuestas y mucha riqueza interior". En la otra orilla de los Nómadas se encuentran los Sedentarios; éstos últimos no crecen, se engrosan sin armonía ni elegancia, y se sienten movidos por procesos de acumulación, de "amontonamiento de objetos: fincas, casas, posesiones, vehículos, muebles, vestidos, acciones, chequeras, billetes, papeles, basuras... Tantas aberraciones son factibles" por ser sedentarios. "Ellos no abren caminos; simplemente se trasladan", y su vida gira en torno a la adición.

"Los OTROS, -en cambio, -los Nómadas, los pioneros de sus propios caminos, prefieren el enriquecimiento por desprendimiento.  Crecen de dentro hacia afuera y rompen cortezas que resultan estrechas y son abandonadas al borde del camino. Crecen y aligeran de peso."

"No desechan las cosas, las posesiones y los lujos; sencillamente no los necesitan. A esta forma de riqueza ellos la llaman LIBERTAD. Cada cascarón roto por la fuerza interior, es un paso de liberación. No encuban la codicia de los hombres-piedra", léase Sedentarios.

"SU VIDA ES EL CAMINO".

"Nada llevan externo que cargar. Todo su bagaje es interior. Entonces nada les pesa, nada les ocupa espacio. Pueden salir corriendo, nada tienen que salvar en los incendios. Estos poseen y pueden arriesgar. Los sedentarios, son poseídos y tienen miedo".

Andrés finaliza su Carta de los Crecimientos invitándonos a "MEDITAR las siguientes antinomias radicales:
Cascarones o capas nuevas,
Savia interior o pegantes.
Cortezas desechables o camisas de fuerza.
Desprendimiento o agregamientos.
Nómadas o sedentarios,
Crecimientos o engrosamientos".

"Ahora quizás entiendas mi progresión:
- Somos muy pobres porque somos muy ricos;
- Somos pobres porque somos ricos;
- Seremos ricos cuando seamos pobres;
- Seremos muy ricos cuando seamos muy pobres;
- Seremos UNIDAD cuando no necesitemos de nada."

"Entonces escoge:
     Manos abiertas y listas, libres y limpias.
     Manos crispadas agarrando cosas, la mirada recelosa".

Si eres MAESTRO DE VOCACIÓN, y no de "boca-cion", entiendes qué es CRECER. El Camino hacia la Excelencia pasa por el Camino del Crecimiento Interior. Cuando crezcas como lo hacen los Nómadas, tendrás SUEÑOS dignos de ser alcanzados por tus seguidores, esto sólo sucederá si has escogido "Manos abiertas y listas, libres y limpias".

Si has elegido el camino del CRECIMIENTO POR DESPRENDIMIENTO, estás preparado para HABLAR DE TU SUEÑO, y no temas hacerlo. Esto los ayudará a que lo conozcan y a saber en qué dirección va.

Woodrow Wilson dijo: "Crecemos por lo que soñamos... Algunos dejamos que esos sueños mueran, pero otros los alimentan y protegen; los cultivan en los días tormentosos hasta que los llevan al brillo del sol, y la luz siempre ilumina a quienes creen y sinceramente esperan que sus sueños se vuelvan realidad".

COMPARTE TU SUEÑO CON OTROS PARA HACERLO REALIDAD.

Atrévete a soñar, a realizar algo más grande que tú, algo de lo que te sientas muy orgulloso.
Prepara tu sueño, haz lo que tengas que hacer para capturar la oportunidad de realizarlo.
Manifiesta tu sueño, llévalo a cabo.
Participa tu sueño, convierte a otros en parte del sueño para que sea aún más grande.

Ahora quizás entiendas mejor las 5 PALABRAS-FUERZA que han de movernos a la acción:

SOÑAR-CREER-ATREVERSE-HACER-y CELEBRAR.

Si este Camino de Crecimiento te estremece y te seduce. Bienvenido. Ya sabes qué tienes por hacer.


martes, 17 de julio de 2012

EL CAMINO HACIA LA EXCELENCIA

En el Colegio entendemos la "Excelencia" como una filosofía de vida que transforma al ser humano para ser cada día mejor, y le  permite ser altamente competente en el mundo académico, laboral y personal, a través de un proceso continuo de formación intelectual y en valores humanos cristianos.

Preparar para la "Excelencia" es nuestra tarea. Entonces ¿qué hemos de hacer como Maestros?

Entre las varias acciones a emprender comencemos por las relaciones interpersonales.

Comienza por DESARROLLAR UNA RELACIÓN PERSONAL CON TUS ESTUDIANTES a quienes preparas para la EXCELENCIA. John Maxwell plantea que para acertar en la construcción de relaciones interpersonales en las que tus estudiantes quieran aprender de ti, es importante transitar el siguiente camino:

Empieza por "ESCUCHAR LA HISTORIA DE LA VIDA DE TUS ESTUDIANTES" y cómo han llegado hasta aquí. Tu interés sincero en la escucha significa mucho para ellos, y te ayudará a conocer sus fortalezas y debilidades.

Después "PREGÚNTALES ACERCA DE SUS METAS Y DE LO QUE LOS MOTIVA", esto te ayudará a conocer qué clase de temperamento tienen tus estudiantes y hasta dónde puedes ayudarlos a prepararse y desarrollarse.

Esfuérzate por conocerlos en actividades diferentes a las académicas (las del salón de clase), y sal a su encuentro en los deportes, la música, las salidas pedagógicas; así podrás verlos tal como son. TRATA DE APRENDER TODO LO QUE PUEDAS ACERCA DE ELLOS E INTENTA LLEGAR A SUS CORAZONES. Si lo haces tus estudiantes estarán felices de darte la mano.

viernes, 15 de junio de 2012

CÓMO PREPARAR A LOS HIJOS PARA LA VIDA

He tenido la fortuna de leer un maravilloso libro titulado "Preparar a los Hijos para la Vida" de Gerardo Castillo Ceballos. Colección: Hacer Familia. El mensaje es tan fuerte y significativo que las líneas que leerás son una adaptación del mismo.

La Preparación de los Hijos para la Vida es EL GRAN TEMA de la vida de nosotros los padres y madres; de lejos es la tarea más grande e interminable que hubiésemos podido tener, no hay nada que se le parezca, ni siquiera una tesis doctoral.

En este bello oficio que Dios me ha confiado de ser Rector, con frecuencia me encuentro con padres y madres para los que esta misión de Preparar para la Vida, en estos momentos los está aquejando más que en otras épocas, por aquello de que cada edad tiene su afán, pero también por las dinámicas internas que viven o dejan de vivir las parejas.

El autor nos plantea que hay diversas formas de entender qué es preparar para la vida y que el problema surge cuando dicha preparación se reduce a una sola dimensión de la existencia, como por ejemplo el sólo bienestar material, o la vida al servicio de los gustos y caprichos, dejando de lado asuntos tan importantes como el crecimiento como persona y el desarrollo de la actitud de servicio a los demás, pensando incluso que los demás están ahí, para que nos sirvan a nosotros, porque "para eso les pagamos".

La preparación para la vida de ninguna manera apunta a "ser buena vida", o a una vida:
sólo materialmente lograda
sólo socialmente satisfactoria o exitosa
sólo profesionalmente brillante, léase con un buen puesto (de pronto habiendo renunciado a cumplir tu sueño por dar gusto a otros, o por tener lo que tenía el mejor amigo de mi papá)
sólo familiarmente bien relacionada, entiéndase bien casado (buscando asegurarse)

Ahora te pregunto ¿has caído en alguna de estos reduccionismos?, ¿está reflejada de alguna manera ahí tu vida actual? Si tu respuesta, honestamente, es afirmativa, significa que no has entendido que preparar a los hijos para la vida apunta a una vida creciente, de adentro hacia afuera, y no de afuera hacia adentro.

Vivir es crecer, y crecer es madurar. Por supuesto que la vida es para disfrutar sanamente de las cosas buenas de la vida. Lo importante es que tengas claro, que lo que hagas es bueno para tu vida siempre y cuando lo plantees como medio para ser mejor persona día a día, y jamás como fin, porque si es así, acabarías muy rápido tu misión y luego te quedas vacio, o como decía un antiguo compañero: "tan lleno de nada".

Comencemos por aclarar lo que NO ES preparar a los hijos para la vida, por ejemplo:
exigirle al hijo que obtenga calificaciones brillantes o que sea el primero del salón, enfocando el esfuerzo únicamente en el éxito académico, como peldaño para lograr el éxito social;
presionarlo para que haga una carrera universitaria, muy bien retribuida económicamente y con puesto asegurado;
aceptar que la única responsabilidad que tiene tu hijo es la de estudiar, para evitar que se distraiga con asuntos de poca importancia;

Ten cuidado con reducir a tu hijo al "rol de estudiante", porque entonces, dónde queda el ser un buen hijo, el ser un buen amigo, el ser un buen compañero, el aprender a pensar, a querer, a convivir, a trabajar, a hacer buen uso del tiempo libre. No crees entonces que la preparación para la vida cuenta más que el éxito académico. Esto me hace acordar de unos padres que hace mes y medio retiraron a su hija del colegio -de hecho sólo duró 2 meses y medio en la institución-, porque ella estaba muy adelantada en matemáticas y español, y los padres sentían que se estaba atrasando en su proceso académico; y me pregunto atrasando respecto a quién o a qué modelo de hija que tienen en su mente. Este es un claro ejemplo de reduccionismo, el de mirar a nuestros hijos sólo como estudiantes, sin tener en cuenta todas esas otras dimensiones de las que hemos hablado, y que la niña requería mucho, de hecho estaba bastante feliz en el colegio, y cuando por presión de los padres, se le colocaban ejercicios de un mayor nivel de complejidad, la niña se aburría y reclamaba, por qué ella debía hacer cosas diferentes a sus compañeros.

Tú que eres padre o madre tienes que estar atento a que el reduccionismo no se apodere de tí, porque fácilmente puedes terminar decidiendo todo por tu hijo. Uno se prepara para la vida no solo adquiriendo conocimientos, sino también adquiriendo responsabilidades y experiencias en otros lugares y situaciones, es por eso que insisto tanto en que permita que su hijo participe de todas las experiencias que brinda el colegio, esto forma en la autonomía, la responsabilidad y amplía significativamente el horizonte. Si no me crees, pregúntale al hijo de algún amigo tuyo que ha tenido la oportunidad de viajar sin los padres a algún sitio, qué aprendió y cómo ve su vida a partir de dicha experiencia. Y cómo no felicitar y animar a aquellos padres y madres que alientan a sus hijos a vincularse a actividades formativas, y los acompañan en el proceso de crecimiento.

La vida y la experiencia nos ha enseñado que el mejor profesional no es aquel que sólo tiene un buen expediente académico, sino aquel que además tiene actitudes positivas en relación con el trabajo y en relación con los compañeros de trabajo. Es imperativo apartarse de ver la vida solo desde una perspectiva utilitarista, en la que lo único que importa es que se gane bien la vida y pueda así disfrutar de una "buena vida". Hacer esto es ser irrespetuoso con los hijos, porque los programamos sin contar con ellos, y la mayoría de las veces termina siendo poco realista. Ten entonces cuidado con confundir los reduccionismos con un proyecto de vida, porque no lo es, sólo se trata de un proyecto de simple éxito social hecho por otros, impuesto desde fuera de uno mismo y al margen de la propia vocación. Un proyecto así, difícilmente generará ilusión y afán de superación personal en quien lo realice.

Es posible que con un planteamiento como este, algunas veces sí consigas lo que buscabas (triunfar socialmente y a corto plazo; vivir bien en lo material); pero: ¿ha valido la pena?, ¿es acaso suficiente para que tu hijo tenga una vida plena?, ¿ha sido una preparación completa para la vida? La respuesta es negativa.

Para Preparar a los Hijos para la Vida de manera correcta, es preciso evitar posibles reduccionismos educativos, o pensar en que debo preparar a mi hijo para la vida futura, ¿cuál vida futura? No es posible preparar bien para la vida futura (la de la edad adulta) si he desatendido la preparación para la vida en las etapas de la niñez y la adolescencia. Sin lugar a dudas, lo que será la vida adulta dependerá, en mucho, de lo que haya sido la vida de la infancia, la adolescencia y la juventud, junto con los criterios y hábitos adquiridos en cada edad.

Sería muy difícil preparar a los hijos como futuros buenos padres sin enseñarles a ser hoy buenos hijos. Sería muy difícil preparar a los hijos como buenos profesionales, sin enseñarles hoy a hacer del estudio un trabajo bien hecho. Educar a los hijos enfocados en el día de mañana, equivale a admitir que su vida antes de la adultez no tiene valor o no tiene sentido en sí misma. Los niños y los adolescentes viven mucho más en función del tiempo presente que en función del tiempo futuro, de manera que si sólo le hablas del día de mañana, tendrás escaso poder estimulante para ellos; acaso te suena familiar esta frase "tienes que prepararte para ser un hombre de provecho".

Los padres y madres deben preparar a sus hijos para cada una de las etapas de la vida: infancia, adolescencia, edad juvenil y edad adulta. En cada una de ellas hay formas de conducta para los que hay que preparar e ir relacionando cada etapa con la siguiente, de forma que lleguen a enlazar, y se establezca entre ellas una continuidad.

¿Cuál es tu plan de acción? El primero, será detectar los reduccionismos educativos que se dan en tu propia familia y en otras familias; luego tendrás que plantearte: ¿por qué se están dando?, ¿qué habría que hacer para superarlos?

Hasta pronto.