Hará unos tres años
que recibí en mi oficina una publicidad patrocinada por el ICBF y la ONG
"Save the Children" relacionada con la promoción de los derechos de
los niños y niñas, y sobre todo con una nueva forma de educar, que nuestra
generación y las que nos precedieron no conocimos cuando fuimos niños; esa
carencia no nos preparó adecuadamente para educar a nuestros hijos, y además
forjó en nosotros unos paradigmas centrados en el autoritarismo, que conduce a
que siempre haya alguien que cree tener la razón, y ese alguien somos tu y yo
cada vez que no nos damos permiso para escuchar, ni para sentir por estar
agobiados con la ilusión del control, de ponerle límite a lo ilimitado. Es
preferible dar sentido.
Nos acercamos
con velocidad a la Semana Mayor, momento clave para tomar conciencia de nuestra dimensión espiritual con el objetivo de cambiar el hombre viejo que nos gobierna, por el hombre nuevo que aspiramos ser; y para reencontrarnos por espacio
de diez días con nuestros hijos. Esta semana es una buena oportunidad para escuchar, acallar nuestro ego y profundizar en los sentimientos que unen a tus hijos contigo como padre/madre y escuches su voz.
"Me alegro
cuando me felicitas por mis esfuerzos y mis logros".
"Me gusta
oírte decir que me quieres aunque creas que ya lo se".
"Me
encanta que me beses y me abraces, porque así siento tu cariño".
"Soy muy
feliz cuando me miras con amor y sonríes conmigo".
"Siento
que soy importante para ti cuando me dedicas tiempo sin ocuparte en otras
cosas".
"Cuando me
pegas o me gritas, me asusto y siento que no me amas".
"No me
grites ni me golpees para que yo entienda. Aprendo más si me enseñas con
amor".
"Me haces
daño cuando me amenazas con dejar de quererme".