viernes, 22 de agosto de 2014

LOS MODELOS PEDAGÓGICOS Y EL CRECIMIENTO PERSONAL

En la pasada reunión de rectores de la localidad, un supervisor de la Dirección Local de Educación hizo alusión en su intervención a los modelos pedagógicos que se trabajan en los colegios. Al respecto he podido constatar que cualquier modelo pedagógico debe ir más allá del proceso académico, y ser capaz de responder a la pregunta ¿cómo ayudar al niño y/o al joven a crear un plan de crecimiento personal y entusiasmarlo a crecer lo más que pueda? Me he atrevido a llegar a esta primera conclusión, luego de que esta mañana presidí una reunión de Comité de Convivencia Escolar en la que hablamos del caso de un estudiante que ha tenido dificultades en su comportamiento, y que además es un estudiante que ha demostrado gran capacidad intelectual.

Mientras se desarrollaba la reunión pensaba en todas estas cosas, y me gustó mucho la intervención de Johan Medina, cuando manifestó que la intención que subyace en el comportamiento inapropiado del estudiante es la de centrar la atención en él, para lo cual se vale de cualquier artificio con tal de lograrlo; y por tanto, es necesario que los adultos identifiquen ese momento en particular, con el objeto de atender de manera más efectiva la situación.

Los modelos pedagógicos por su etimología hacen referencia a "cuáles son las mejores maneras que deberíamos considerar para orientar a un niño"; a lo que agregaría "y para ayudarle a crear un plan de crecimiento personal y entusiasmarlo a crecer en lo que más pueda". Sin que haya realizado al respecto una exhaustiva revisión de la literatura, queda planteada una pregunta de investigación.

Si yo soy maestro y por vocación y formación tengo la misión de orientar a mis estudiantes por el mundo del conocimiento, el universo de las ideas, y además ayudarle a crecer como persona, y entusiasmarlo en ese propósito, entonces yo también como maestro tendré que enseñarme a mí mismo. ¿Por dónde deberé comenzar? John Maxwell nos dice que lo ideal es que les participe lo que he aprendido en mi propio desarrollo, y propone un método basado en cuatro pasos al que llama IDEA.

I nstrucción.
D emostración.
E xposición.
A utoconfianza.

De acuerdo con esta "IDEA" deberé comenzar por "instruir" a mi estudiante en un contexto de relación de vida, que va más allá de mi preocupación por dar la clase que he preparado, pues cualquier teoría o concepto que no se pueda aplicar a la vida real es inútil. Lo que quiere decir que en todo momento debo estar atento a poner todo en contexto y ser capaz de relativizar la impertinencia en un momento dado, e integrarla en el desarrollo de mi trabajo con los estudiantes.

Luego tendré que "demostrar", que es el paso siguiente, que cualquier teoría o concepto que les presento a mis estudiantes, puede aplicarse a la realidad, y seré capaz de probarla, aprenderla y estar mejor calificado para enseñarla.

Entonces, estaré preparado para "exponer" a mis estudiantes a la experiencia. Y una vez que la hayan oído y visto, estarán listos para intentarla por sí mismos.

Superado este paso deberé asegurarme de que mis estudiantes tengan la "autoconfianza" necesaria para poner en práctica las ideas que surjan de la experiencia. Y cuando ellos obtengan la confianza de usarlas, las ideas se convertirán en parte de ellos, cerrándose de esta manera el ciclo del momento pedagógico.

Cada clase es eso, "un momento pedagógico", para ayudar a mi estudiante a crear un plan de crecimiento personal con el que se entusiasme, y muestre su talento, cambiando su comportamiento.

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